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Aplastante victoria del democristiano Cerezo en Guatemala

El abogado democristiano Vinicio Cerezo, de 42 años, ganó de forma arrolladora (con el 68,5% de los votos válidos) la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Guatemala, lo que permitirá el retorno de un civil a la presidencia después de 15 años de jefes de Estado militares. El candidato derechista de la Unión del Centro Nacional (UCN), el periodista de 53 años Jorge Carpio, consiguió sólo el 31,5% de los votos válidos emitidos, y reconoció caballerosamente su derrota en la madrugada del lunes.

Casi el 40% del electorado se abstuvo de votar o votó nulo o en blanco, pero este porcentaje no descendió hasta los extremos que se temieron en los primeros momentos de la jornada electoral del domingo, cuando ante las urnas apenas se veían colas.Los pronósticos se cumplieron en Guatemala y Cerezo arrasó literalmente a su contrincante, Carpio, que no llegó siquiera a conseguir un tercio de los votos válidos. El alto porcentaje obtenido da a Cerezo una sólida base para gobernar sin complejos y poder afrontar así los difíciles problemas que tiene Guatemala. Los democristianos tienen mayoría absoluta en el Parlamento y controlan también la mayoría de los municipios del país.

La victoria de Cerezo no queda tampoco empañada por la elevada abstención. Es cierto que el número total de personas, que no acudieron a las urnas (más de 900.000), más los 125.000 votos nulos y los 15.000 en blanco, suman casi tanto como los 1,15 millones conseguidos por Cerezo, pero estas cifras son similares a las de la primera vuelta electoral, el 3 de noviembre, cuando compitieron ocho candidatos a la presidencia. El domingo no se formaron colas ante las urnas, pero esto se debía a la mayor rapidez con que votaban los electores, que en esta ocasión sólo tenían que optar entre dos candidatos y no elegir además la lista de diputados y alcalde, como en la primera vuelta. Además el domingo acudió mucha gente a votar por la tarde, después de las celebraciones religiosas de la Inmaculada y de los llamamientos de los medios audiovisuales para ir a las urnas ante la amenaza de una elevada abstención.

La jornada electoral en Guatemala fue de una limpieza total y con absoluta ausencia de incidentes, lo que se considera un exponente de la madurez y el deseo del pueblo de acceder a la democracia tras varias décadas de dominación militar.

Recuperar el poder

A Cerezo le espera la tarea de recuperar el poder real en Guatemala y evitar que el triunfo electoral de ayer se convierta en una toma del Gobierno, pero sin conseguir el poder. Para ello el nuevo Gobierno de Guatemala, que tomará posesión el 14 de enero, tendrá que desmantelar buen número de estructuras de poder que se encuentran en manos de los militares. Cerezo se ha mostrado dispuesto a correr el riesgo necesario para lograr una democratización plena en Guatemala.A las ocho de la tarde, hora local, del domingo (tres de la madrugada, hora del lunes, en España), tan sólo dos horas después del cierre de los colegios electorales en Guatemala, el resultado electoral ya se manifestó de forma clara. En la casa de Cerezo reinaba la tranquilidad, sin el menor asomo de euforia desatada. Había mucha gente, los colaboradores de Cerezo daban muestras de extenuación y hasta los encargados de la seguridad parecían haber bajado la guardia y no mostraban, como en días anteriores, de forma ostentosa, su artillería.

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En conversación con el enviado especial de EL PAÍS, Cerezo dijo que la mayor abstención era previsible, porque en la segunda vuelta la participación tiende a disminuir; además hubo falta de transportes para los votantes, y mucha gente en el campo se encontraba ya en la cosecha, alejada de sus lugares de residencia. "Con más del 50% es una base que nos permite tener confianza". El presidente electo de Guatemala es consciente de que la elección despertará enormes expectativas populares, pero dijo: "Hemos ofrecido poco, aunque sé que se van a despertar expectativas. A mí esta movilización social no me preocupa, y deberá ser utilizada por el Gobierno. Creo que me va a ayudar". A la hora de hablar de los políticos que le impresionan actualmente, Cerezo citó el presidente del Gobierno español, Felipe González, y el argentino Raúl Alfonsín. Ante la objeción de que en la lista que había dado -mencionó también a Thomas Jefferson, Napoleón Bonaparte, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill- no había ningún democristiano, Cerezo recordó al chileno Eduardo Frei.

Felicitación de Carpio

A la 1.30 del lunes (8.30, hora peninsular), el perdedor de las elecciones, Jorge Carpio, acudió al local del centro de cómputo del Tribunal Supremo Electoral, donde abrazó a Cerezo y reconoció su derrota. Carpio anunció una oposición constructiva. A instancias de una cadena de televisión, Carpio abrazó a su hermano Roberto, de 55 años, que es vicepresidente con Cerezo. Entre los dos hermanos hubo en el pasado fuertes diferencias por la propiedad del periódico El Gráfico, que llegaron hasta los tribunales de justicia. Roberto Carpio declaró a EL PAÍS que el mérito de su partido consiste en haber derrotado a la derecha: "Destruyó la vieja derecha de Guatemala".

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