Las cuentas de pérdidas y ganancias de los grandes bancos, con poco margen de maniobra para elevar mucho el dividendo
Las cuentas de resultados de los siete grandes bancos al término de los nueve primeros meses del año muestran una dispersión muy fuerte, confirmándose la tendencia de que cada institución financiera ha elegido una vía distinta para intentar mantener sus niveles de rentabilidad y que en este ejercicio el excedente destinado a reservas voluntarias y a dividendos variará de forma sustancial entre unas y otras entidades en función del nivel de provisiones para morosos y fallidos que realicen y de la dotación al fondo de pensiones para garantizar el pago del complemento de jubilación de sus trabajadores.
La estructura de las cuentas de resultados de los grandes bancos -Central, Banesto, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular- empieza a ser diferente ya desde el primer epígrafe, lo obtenido por la concesión de créditos, el rendimiento de la cartera de valores, su posición en el mercado interbancario y el rendimiento de sus activos en el Banco de España y otros activos monetarios públicos.Los productos financieros suponen un porcentaje de sus activos totales medios comprendido entre el 11,50% para el Bilbao y el Popular y el 10% para el Banco Central. Entre esas dos cifras están el resto de las grandes entidades privadas de crédito.
Los dos bancos caros, los que en media obtienen una mayor rentabilidad de sus colocaciones que viene a coincidir con unos tipos de interés más elevados para las operaciones con particulares, solían, en ejercicios anteriores, tener unos costes financieros -lo que les cuestan sus depósitos y su posición en el interbancario- también más elevados que el resto de los grandes bancos.
Pero en el ejercicio actual la sustitución de pasivo caro por otro más barato ha sido muy fuerte y sus costes relativos medios se sitúan en la parte baja de la media, en torno al 6,7%, muy cerca ya de Banesto, la entidad que tradicionalmente ha tenido unos costes financieros más pequeños.
El margen financiero, diferencia entre productos y costes, crece en esas dos entidades por primera vez en varios años, mientras que en el resto parece que se mantiene la tendencia a un leve deterioro, aunque en alguno puede haberse roto también, más lentamente, esa caída.
El cobro de servicios bancarios sigue siendo una de las actividades menos tomadas en serio por las entidades financieras, a pesar de que todas ellas aumentan dicha partida. El Banco de Bilbao, no obstante, se mantiene a la cabeza de las entidades que más dinero obtienen por esta actividad, 4.000 millones de pesetas más que el siguiente banco, el Hispano Americano.
Con estas cifras, el margen ordinario bruto, es decir, antes de provisiones y sin descontar los gastos de transformación, presenta diferencias muy fuertes según los bancos y no sólo en función del tamaño de cada uno, como ocurría hace algunos años.
Los bancos que hayan mantenido la inversión bancaria típica, o la hayan aumentado en este ejercicio, pueden tener un margen mayor, especialmente si su crédito a las economías domésticas crece en relación al total.
Las instituciones financieras que hayan mantenido un cierto grado de liquidez, colocándolo en el interbancario o en activos monetarios para su cartera, pueden estar empezando a sufrir los efectos de la baja de tipos iniciada en la segunda mitad del año.
Los costes de transformación -generales y de personal, sobre todo- son otro baremo de la diferenciación bancaria y de su grado de rentabilidad. El Banco de Bilbao aparece en primer lugar en ambos casos, a pesar de no ser el de mayor tamaño, y con fuertes crecimientos, mientras que el resto de entidades los ha mantenido, e incluso en algún caso, como el Popular, se produce una reducción de los costes generales en valores absolutos sobre los del mismo período del año anterior. Las amortizaciones, que se contabilizan normalmente como costes de transformación, no muestran evoluciones muy distintas entre las entidades.
El resto que queda, en ocasiones, con un crecimiento muy fuerte sobre el mismo período del año anterior, es la suma de distintas partidas que las entidades financieras han decidido, de manera unánime, no separar para que no se pueda conocer hasta el cierre del ejercicio cuál puede ser el volumen del beneficio antes de impuestos que van alcanzando cada trimestre.
La incógnita del dividendo
Es cierto que hay periodificaciones difíciles de hacer en períodos cortos de tiempo, mes a mes o trimiestre a trimestre, y que por ello la cifra de beneficio contable antes de impuestos que pudiera salir no tendría por qué reflejar exactarnente la realidad al cierre. Pero tambien es cierto que, transcurridos ya nueve meses del ejercicio, las cartas parece que están sobre la mesa y que poco es lo que se puede hacer para mejorar las cuentas de explotación.Las distintas partidas que componen el resto son las cantidades destinadas al saneamiento de valores; la dotación al fondo de garantía de depósitos -el 1,2 por cada mil pesetas del pasivo computable de las entidades-; las provisiones, amortizaciones.y saneamientos para morosos y fallidos que tienen que hacer los bancos para cubrir las exigencias legales; las dotaciones para el fondo de pensiones; otras partidas que incluyen algunos productos y costes imputables a servicios y el beneficio que se descompone a su vez en tres partidas: previsión para el pago del impuesto de sociedades, reservas voluntarias a la entidad y beneficio distribuible entre los accionistas. La cantidad destinada al fondo de garantía no puede modificarse al estar establecidamediante un porcentaje fijo. El resto de partidas puede aumentar o disminuir en función de los intereses de cada entidad. Las dotaciones para morosos y fallidos, al existir un calendario para la exigencia de cumplimiento total de las normas establecidas por el Banco de España, permite que se destinen unas u otras cantidades a este concepto.
El Ministerio de Hacienda, por ejemplo, autorizó a que se amortizaran en un plazo de cinco años las cantidades que losgrandes bancos destinaron a comprar los activos fallidos del banco Urquijo Unión. Algún banco lo va a hacer en este año y otros agotarán el máximo.
Las cantidades pata el fondo de pensiones también variarán entre los que llevan años constituyéndolo y los que empiezan este año; estos últimos es prácticamente imposible que pongan todo el dinero que necesitarían. Por último, las cantidades destinadas a reservas de la entidad pueden variar sustancialmente, máxime si se tiene en cuenta que la exigencia de recursos propios fue reducida sustancialmente por el Banco de España y que la mayoría de los bancos puede cerrar el ejercicio con un exceso de capital y reservas sobre lo que necesitaría. En todo caso, las cifra s parece que no permitirán demasiadas alegrías a algunas entidades con unos recursos generados no mucho mayores que los obtenidos durante 1984.
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