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Joseph Kennedy II

La tercera generación de la legendaria familia anuncia que luchará por el escaño del Congreso que ocupó el presidente asesinado

Francisco G. Basterra

La tercera generación de los Kennedy ha decidido entrar en política comenzando por abajo y en su feudo: Boston, el mismo distrito en el que John Kennedy ganó su primera elección, en 1946. Joseph Kennedy II, 32 años, sobrino del asesinado presidente e hijo del senador Robert Kennedy, también muerto a balazos, y, por supuesto, demócrata, anunció el miércoles en Boston que luchará el próximo otoño por conseguir el escaño de la Cámara de Representantes correspondiente al octavo distrito de Massachusetts, donde hace 30 años su tío John, entonces un desconocido de 28 años, realizó con éxito su primera campaña.

Mientras su sobrino Joseph, el hijo varón mayor de Bobby, anunciaba que quiere sentarse en el Congreso de Washington "para luchar por los derechos de la gente de la calle", su tío Edward deshoja la margarita y parece decidido a intentar de nuevo la presidencia en las elecciones de 1988. La saga de los Kennedy, la legendaria familia de inmigrantes irlandeses que llegó a Boston en el siglo XIX dispuesta a conseguir el poder, no desaparece de la escena política norteamericana. Una hermana de Joseph, Kathleen Kennedy Townsend, de 34 años, está considerando también la posibilidad de presentarse a as elecciones del Congreso, por un distrito de Maryland, en las elecciones de 1987. Si todos estos deseos se convierten en realidad podría haber el próximo año tres Kennedy en el Capitolio. Edward es uno de los dos senadores del Estado de Massachusetts.Los asistentes al anuncio de Joseph Kennedy creían asistir el miércoles a una escena sacada del túnel del tiempo. La típica sonrisa Kennedy en un rostro igual o más atractivo que el de sus tíos, y el mismo lenguaje fresco y poco político de sus antecesores. Sin embargo, comentan los observadores, ya no basta con llevar el apellido Kennedy para ganar una elección en Massachusetts. Joseph no tiene ninguna experiencia política y profesionalmente dirige una pequeña compañía que suministra sistemas de calefacción baratos y alternativos a los pobres. "Éste es Joe Kennedy" -el mismo nombre que el creador de la dinastía y el hermano mayor de John, muerto en accidente aéreo durante la II Guerra Mundial- "que anuncia su candidatura, no otro miembro de su familia", advirtió el joven aspirante a político.

Joseph Kennedy luchará por el escaño que deja vacante, después de ocuparlo durante 17 legislaturas, Thomas Tip O'Neill, el speaker (presidente) de la Cámara de Representantes. O'Neill, posiblemente el último gran carácter de la política norteamericana, sucedió a John Kennedy en el octavo distrito. El viejo político irlandés ha dicho que Joseph será "un gran candidato", pero no ha querido, de momento al menos, darle su apoyo. Para la tercera generación Kennedy será una difícil batalla en la que tendrá que enfrentarse con otro apellido de peso: James Roosevelt hijo, de 39 años, nieto del presidente Franklin Delano Roosevelt.

El distrito octavo incluye partes de Boston y de Cambridge y es predominantemente demócrata. En las presidenciales del pasado año sólo le dio un 36% del voto a Ronald Reagan. Sus residentes son una mezcla de descendientes de irlandeses e italianos de clase trabajadora y profesionales bien instalados, más estudiantes universitarios de Harvard o del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). "Estos votantes", afirma un comentarista, "son más jóvenes y mejor educados que hace 30 años y piden más de un candidato. Para ellos el nombre Kennedy puede ser una espada de dos filos".

Todas las televisiones estaban el miércoles en Boston para captar la imagen Kennedy, que aún no se ha borrado del subconsciente americano. Continúan publicándose libros y se producen nuevas series de televisión sobre la familia, y esto a pesar de que no es un apellido de triunfadores. Ted fue derrotado en 1980 en su intento de llegar a la presidencia y no puede quitarse de encima la losa de Chappaquidick, el accidente en que murió ahogada, cuando viajaba con él en su coche, su amiga Mari Jo Kopechne. Sin embargo, es el demócrata mejor colocado para la Casa Blanca en 1988, según los sondeos.

Algo ha cambiado, sin embargo, en la vida política norteamericana. Joseph Kennedy, utilizando muy a su pesar una filosofía de Reagan, afirmó en la presentación de su candidatura, que "los días de subir los impuestos y gastar mucho han terminado. Necesitamos encontrar nuevos caminos de crear riqueza. Quiero ir a Washington porque creo que podemos utilizar el Gobierno como un catalizador", concluyó el joven Kennedy. Sin embargo, Joseph afirmó recientemente al Boston Globe que no cree demasiado en la política. "No cuadra con mi mentalidad el convertirme en un político. Es un sistema retorcido, parece una ciénaga".

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