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Las FP-25 portuguesas contaban con todo un arsenal bélico

La exhibición de las armas de guerra recuperadas durante la redada policial contra supuestos miembros de las Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25) causó sensación en la 321 sesión del juicio que se sigue contra este grupo en el tribunal de Monsanto, cerca de Lisboa.Pocas veces un tribunal civil se habrá visto ante un arsenal bélico semejante, constituido no por el total decomisado, sino apenas por una pequeña muestra. También asombra su estado: dispuesto para su empleo o desmontado en contenedores escondidos o enterrados.

El arrepentido Joáo Macedo Correia reconoció que se trataba de una muestra fidedigna de las armas utilizadas por las FP-25, que eran, según este acusado, el brazo armado del proyecto político delineado y organizado por el teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, el principal procesado en el juicio. Una muestra que incluye pistolas, revólveres, fusiles, ametralladoras, granadas, un mortero, dos lanzagranadas y explosivos, estos últimos no exhibidos "por motivos obvios de seguridad". .

El arrepentido indicó las armas heredadas de grupos armados anteriores (LUAR y PRP) y recordó que en los tiempos agitados de la revolución de los claveles muchas armas pasaron de los cuarteles a manos de grupos civiles.

Según Macedo Correia, esta abundancia permitió a la organización negociar intercambios con grupos extranjeros: en 1981, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) suministró explosivos y pistolas ametralladoras Sterling a cambio de G-3 y se pagó con la misma moneda "10 ó 12" pistolas ametralladoras Jep y 25 Firebrid de 9 milímetros. Otras armas fueron "de recuperación" o "adquiridas en el mercado negro".

En materia de armas, las FP-25 eran, siempre según Macedo Correia, bastante autosuficientes y no necesitaban la ayuda de países extranjeros, como ocurría en los terrenos financiero y del entrenamiento militar.

Las afirmaciones de Macedo Correia acerca de un eventual acuerdo con el coronel Muammar el Gaddafi para acciones de desestabilización en el archipiélago de Madeira (que el líder libio consideró, hace años, como africano, al igual que las Canarias) causaron una cierta emoción en Portugal, y el Gobierno regional de Madeira pidió al Gobierno de Lisboa que esclareciera la verdad de estas acusaciones. Más peregrinas aún fueron las afirmaciones del arrepentido acerca de supuestos contactos con el presidente francés, François Mitterrand, para que diese luz verde a un plan de formación en Mozambique, con ayuda de las FP-25, de guerrilleros zaireños para luchar contra el régimen del presidente Mobutu Sese Seko.

Saraiva de Carvalho ha admitido que parte del dinero de su organización venía de países amigos, como Argelia y Libia.

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