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Huelga de hambre de tres policías nacionales contra sus traslados

Dos policías nacionales destinados desde hace cuatro años en Huelva, José Cortés Maestre y Manuel Poyato García, iniciaron ayer un encierro y huelga de hambre indefinida en el cuartel de la Policía Nacional de Huelva como protesta por la orden recibida de reincorporarse el próximo domingo a sus antiguos destinos de Toledo y Madrid, respectivamente. Idénticas medidas de protesta adoptó el pasado martes otro policía nacional en Jaén, Blas Palacios, de 37 años, para evitar su traslado a Pamplona, previsto para el día 1 de diciembre.Los policías José Cortes y Manuel Poyato afirman que recibieron una comunicación oficial, cuando fueron destinados como agregados a la capital onubense, donde se les notificaba que permanecerían en esta situación hasta que por antigüedad tuvieran destino definitivo en el acuartelamiento de Huelva, provincia de la que son naturales, informa Juan Carlos Álvaro. Los dos policías tienen tres hijos cada uno y residen en Huelva, donde habían comprado sendos pisos con dos préstamos.

Luis Morón, secretario provincial de organización del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Huelva, ha declarado que, aunque el sindicato acepta la supresión de las agregadurías, "el Ministerio del Interior las está realizando de forma muy brusca, y tendría que estudiar caso por caso para eliminar los enchufes". Al mismo tiempo, Luis Morón manifestó que la medida de supresión de agregadurías "es una represalia del Ministerio del Interior por las últimas movilizaciones del Sindicato Unificado de Policía en contra del proyecto de ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".

Por su parte, Blas Palacios mantiene otra huelga de hambre y un encierro, en su acuartelamiento de Jaén, en protesta por una orden de la Dirección General de la Policía por la que se le adscribe a la plantilla de Policía Nacional de Pamplona, informa Javier Fuentes. El policía nacional encerrado es natural de La Guardia (Jaén) y está afiliado al SUP. Ingresó en el cuerpo en 1972 y un año después fue trasladado a la plantilla de Pamplona: "En donde dejé muy buenos amigos y en donde nacieron dos de mis hijos, por lo que nada tengo contra esa ciudad ni contra Navarra". En 1980 pidió el traslado a Guinea porque se le comunicó que después "pasaría a ocupar la. plantilla del acuartelamiento que más le interesara".

Encierro fallido

Ante esa perspectiva, Palacios se instaló a su regreso de Guinea en Jaén, y adquirió una vivienda. "Es una auténtica injusticia que tras pasar tres años en Guinea alejado de la familia, ahora se me ordene el traslado", subrayó.Entre tanto, otras seis esposas de otros tantos policías nacionales de Jaén intentaron infructuosamente encerrarse en la noche del martes en la comisaría de policía de Jaén, para protestar por el cambio de destino de sus maridos.

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