Inusitada expectación política ante los resultados electorales de hoy en Galicia

Los colegios electorales gallegos abren esta mañana en medio de una inusitada expectación política acerca de los resultados finales de las votaciones. Las previsiones climatológicas de buen tiempo parecen acompañar los deseos de Coalición Popular (CP), que parte como favorita y que, según algunos de sus representantes, necesita una masiva comparecencia a las urnas para ver cumplidos sus anhelos de lograr una mayoría absoluta en las elecciones de hoy. Incluso medios de CP admiten que del hecho de obtener esta mayoría absoluta (36 de los 71 escaños de que se compone el parlamento autonómo) depende algo más que el tener que pactar para intentar formar un Gobierno regional estable. El propio líder nacional de la Coalición Popular, Manuel Fraga, que participó de manera especialmente activa en la campaña de apoyo a la reelección de Gerardo Fernández Albor, parece jugarse de hecho su papel de indiscutible jefe de la alternativa al socialista en este embite.

La dificultad de realizar sondeos fiables en una comunidad autónoma que cuenta con 32.000 núcleos de población y sólo poco más de 3.000 mesas electorales para casi 2.200.000 votantes hace que, en cualquier caso, tan sólo pueda hablarse de previsiones aproximadas a la hora de anticipar los resultados. La dispersión de los habitantes, que dificulta notablemente el ejercicio del derecho del voto, hace que los partidos traten de facilitar la ida a las urnas; se afirma que especialmente la Coalición Popular, la formación que cuenta con mayor infraestructura, sobre todo en las zonas rurales del interior, pondrá en marcha servicios de taxi y autobuses para trasladar a los electores hasta las mesas.Por el contrario, los socialistas afirman contar con mejores posibilidades en las zonas urbanas costeras, de manera especial en la provincia de La Coruña, donde el PSG-PSOE parte como favorito en reñida competición con los conservadores. Las esperanzas del candiato socialista, Fernando González Laxe, están puestas en que los populares no alcancen la mayoría absoluta, lo que le permitiría iniciar conversaciones con otras fuerzas -se habla de que ya han existido contactos exploratorios con Coalición Galega, CDS y Esquerda Galega- para controlar una mayoría de escaños en el Parlamento y poder formar así un Gobierno.

Arbitros de la situación

Esto convierte a Coalición Galega, el socio reformista del PRD en esta comunidad autónoma, en un potencial árbitro de la situación. El candidato de CG a la presidencia de la Xunta, Pablo González Mariñas, ha afirmado repetidamente que su partido "no obstaculizará la gobernabilidad de Galicia", lo que en otras palabras, equivale a decir que está dispuesto a pactar, con condiciones, tanto con los populares como los socialistas. Unos y otros han acusado a CG, a lo largo de los últimos días de la campaña, de haberse aliado ya con el respectivo rival, algo que los reformistas niegan tajantes.

Si Coalición Popular tiene planteada una cuestión suplementaria a la propia formación de un Gobierno regional, es decir, el fortalecimiento o el debilitamiento de Fraga como líder de la oposición a nivel estatal, algo semejante ocurre con CG y la lucha por ocupar el espacio político de centro con vistas a las próximas elecciones legislativas. El propio inspirador de la operación reformista, Miquel Roca, que también ha estado casi constantemente presente en la campaña electoral gallega, admitió que "un buen resultado para nosotros" sería ya "obtener al menos el triple de escaños" que el CDS de Adolfo Suárez. El ex presidente del Gobierno, que permanecerá esta noche en Santiago de Compostela aguardando los resultados, que se conocerán hacia las diez de la noche, ha tratado de evitar que la votación de hoy sea indicativa a nivel estatal.

Indudablemente, el Parlamento que resultará de las elecciones de hoy será muy diferente al que los gallegos acordaron hace cuatro años. El 20 de octubre de 1981 Alianza Popular obtuvo 26 escaños frente a 24 de UCD. Los socialistas lograron 16, mientras el Bloque conseguía tres y comunistas y Esquerda Galega obtenían un escaño cada uno.

La incógnita se plantea en torno al. destino que tendrán los votos logrados por UCD hace cuatro años. Los 50 escaños que sumaron entonces centristas y aliancistas parece difícil que puedan renovarse esta vez para las opciones conservadoras y de centro: Coalición Popular, Coalición Galega y CDS. De hecho la izquierda ha insistido durante la campaña ya finalizada que la derecha va a experimentar un retroceso notable en las votaciones de hoy.

Gerardistas y carrillistas Otra de las principales incógnitas por despejar en estas elecciones correrá a cargo de los comunistas: por primera vez en unos comicios, gerardistas y carrillistas van a medir sus respectivas fuerzas.

El despliegue informativo suscitado por estas elecciones carece de precedentes en unos comicios autonómicos: más de 200 periodistas procedentes de toda España y también un grupo de corresponsales extranjeros se han acreditado ante los servicios correspondientes de la Xunta, movidos por las repercusiones de la votación.

El recuerdo de lo ocurrido en 1981, cuando las elecciones autonómicas gallegas marcaron el ascenso político de Fraga a nivel nacional, está presente ahora en todas las mentes, y nadie niega que el presidente de AP vuelve hoy a jugarse el futuro en un momento en el que sectores de la derecha parecen haber comenzado a cuestionar su liderazgo.