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Silvio Berlusconi

El magnate italiano que está construyendo el mayor imperio de televisiones privadas de Europa

Los italianos le llaman sua emittenza (algo así como el gran emisor), refiriéndose a su inmenso poder informativo. Es, desde hace tiempo, el rey de las televisiones privadas. italianas. Domina tres canales de ese país; ha asegurado una importante participación en el futuro quinto canal privado de televisión en Francia y espera poder desembarcar también en alguno de los futuros canales de televisión de España -ya ha dado el primer paso adquiriendo los Estudios Roma-. Silvio Berlusconi, un milanés de 49 años, hijo de un empleado de banca, doctor en leyes, avispado hombre de negocios, participará en Madrid, el próximo lunes, día 25, en un encuentro sobre la libertad de televisión.

"No soy capaz de estar sin hacer nada", acostumbra decir Berlusconi en sus declaraciones. Quizá sea éste uno de los secretos de la extensa red de negocios que ha conseguido tejer en torno al grupo Fininvest que él dirige y que cuenta con 45 sociedades repartidas en cuatro divisiones: televisión, Prensa, inmobiliarias y otras industrias diversificadas, entre las que destaca la electrónica. Cuenta, en definitiva, con una cifra de negocios que en el transcurso de este año ha alcanzado un total de 200.000 millones de pesetas.Berlusconi comenzó en 1976 en el mundo de la comunicación instalando una pequeña red de cable en un barrio residencial. de su ciudad natal y puede terminar siendo el dueño del mayor imperio de televisiones privadas de Europa. Su última operación, acogida con una fuerte polémica entre los medios de la política y de la comunicación de Francia, ha sido la compra de un 40% del que va a ser quinto canal de la televisión francesa. Berlusconi explotará este canal privado junto con el empresario francés Jerome Seydoux, dueño del resto de las acciones.

La televisión de Berlusconi -Canal 5, Italia 1 y Rete-consigue divertir diariamente a 35 millones de telespectadores italianos (un 58% de la audiencia media, frente al 33% que ocupa la televisión pública italiana RAI), ofreciendo una programación que excluye prácticamente los programas informativos o telediarios y centrándose en las series extranjeras y la producción propia de espectáculos.

A quienes le acusan de hacer una televisión excesivamente popular, mediocre y vendida a la Coca-Cola (Berlusconi es uno de los mayores clientes del Hollywood televisivo y de los seriales brasileños), el magnate italiano responde diciendo que "la esencia misma de la televisión comercial es servir al público y por ello no puede estar castrando constantemente los gustos de la audiencia con objetivos ideológicos o de otro tipo". Uno de los secretos del éxito de público reside en la utilización de lo que Berlusconi califica como contraprogramación. Consiste esta estrategia en poner un capítulo de Dallas cuando en la televisión pública están dando un telediario o emitir una película erótica cuando el canal oficial está trarismitiendo un partido de fútbol.

Muchos no le perdonan que sea amigo del presidente del Gobierno, el socialista Bettino Craxi, y por ello lo sitúan en la esfera del socialismo italiano. Berlusconi niega repetidamente cualquier compromiso político en su actividad empresarial.

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