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Sectores de UGT próximos al PSOE intentan eliminar de la dirección del sindicato la línea política de Redondo

Los sectores de UGT más afines con la línea del PSOE han comenzado una estrategia tendente a restar poderes al actual secretario general del sindicato, Nicolás Redondo, con vistas al próximo congreso de la organización, que tendrá lugar el próximo mes de abril. Destacados dirigentes han denunciado públicamente lo que denominan "operación para debilitar a Redondo". Paralelamente, según han denunciado fuentes de la central, existe la intención por parte de estos mismos sectores de modificar los principios ideológicos del sindicato en el congreso de abril, quitándole su carácter de clase y revolucionario.

La crisis abierta en UGT con motivo de la reforma de las pensiones y la dimisión de José Luis Corcuera no ha quedado cerrada. Mientras los sectores que más apoyan al actual secretario general defienden que el sindicato nunca debe perder su independencia y no debe servir de correa de transmisión del partido, otros sectores están a favor de apoyar al Gobierno y, sobre todo, de establecer un modelo sindical "más moderno y menos obrerista", aun a costa de perder gran parte de su espíritu reivindicativo.Algunos sectores del sindicato aseguran que dentro de la organización existe el deseo de cambiar los principios ideológicos del sindicato, en la misma línea que lo hizo el PSOE. Si el partido abandonó el término marxista, UGT renunciaría a los términos revolucionario y de clase, por entender que son conceptos ya desfasados.

El secretario general de banca de la central socialista, Justo Fernández, confirmó hace unos días ante los cuadros de su federación esta posibilidad. Según sus palabras, se trataría de eliminar de los principios ideológicos los conceptos de sindicato autónomo, anticapitalista, revolucionario y de clase. Al mismo tiempo, alertó de que había una operación para desprestigiar a Nicolás Redondo dentro del propio sindicato, basada en decir que "está viejo y no es la persona más adecuada para la secretaría general".

Intento frustrado

El control del sindicato se está llevando a cabo colocando hombres más afines al PSOE en cargos de responsabilidad en las uniones y federaciones. En medios ugetistas se comenta, incluso, que "ha habido un intento de cargarse a Redondo. Y ese intento venía del propio PSOE. Como no han podido, han optado por quitarle sus apoyos".

Entre las federaciones que han mostrado claramente su oposición a la línea de Redondo se encuentra la del metal, liderada por Antonio Puerta. Miembros de esta federación han llegado a criticar con dureza algunas declaraciones de Nicolás Redondo sobre la política del Gobierno.

También en clara disidencia con la política de Redondo se encuentra la federación de químicas, dirigida por Matilde Fernández, miembro también del comité federal del PSOE, o la de servicios públicos, cuyo secretario general es Justo Zambrana, diputado del PSOE. Hostelería, comercio -su actual secretario general, Manuel Ventura, aparece como el más claro candidato a la futura ejecutiva confederal- y enseñanza serían, según fuentes del sindicato, federaciones que apoyarían esta operación. La unión de Madrid, liderada por Benjamín Castro, es, según estas fuentes, de las que más se han destacado por imponer un sindicalismo más moderado.

En claro apoyo al actual secretario general se encontrarían la federación de construcción, con Manuel Garnacho como secretario general; la de banca, al frente de la que se encuentra Justo Fernández; minería, cuyo secretario general, José Antonio Saavedra, se encuentra entre los que denominan en el sindicato como sentenciados, y la de oficios varios. En la de transportes, las mismas fuentes aseguran que Victoriano Sánchez, el secretario general, está a favor de Redondo, "pero no sabemos si permanecerá mucho tiempo en el puesto". La idea de que hay dirigentes sentenciados en su futuro se extiende a la propia ejecutiva confederal

Nadie en la organización da un duro por la continuidad de José María Zufiaur, secretario de acción institucional, y que desde la polémica de las pensiones ha desaparecido prácticamente de escena. Fuentes del PSOE han asegurado que Zufiaur es el inspirador de las tesis de Redondo y le culpan de haber colocado al sindicato en la situación actual. Zufiaur nunca ha sido bien visto por el PSOE y sus intentos de pasar a desarrollar actividades políticas se han visto frenados desde el partido.

Otro de los que tienen un difícil futuro es José Luis Daza, a quien Nicolás Redondo recogió en la ejecutiva confederal tras su paso por el metal, federación en la que tuvo profundas diferencias con los actuales dirigentes. Daza apoya sin reservas a Nicolás, al igual que Paulino Barrabés, secretario de finanzas. Jesús Mancho y Manuel Simón no se han significado demasiado en la batalla, uno y otro porque las secretarías que ocupan -en emigración e internacional- son, en expresión de un sindicalista, "poco operativas". De Mancho, sin embargo, nadie duda de su vieja fidelidad a Redondo, aunque su apoyo sea, fundamentalmente, de prestigio. Manuel Simón pasará en breve a dirigir la oficina de la OIT en España.

Del resto de la ejecutiva lo menos que se dice es que son "tibios", cuando no se asegura que "darán la sorpresa". De Antón Saracíbar se dice que su afán integrador le sitúa cada vez más a favor de las tesis del PSOE. Y en este sentido se recuerda su intervención en la Comisión de Presupuestos del Congreso. Mientras Nicolás Redondo había dicho días antes en conferencia de prensa que los Presupuestos eran insolidarios y difícilmente asumibles, Saracíbar habló de presupuestos austeros y mostró su apoyo a los mismos. Saracíbar, desde la marcha de Corcuera, se, ha convertido en el portavoz casi único del sindicato y en el hombre más fuerte de la organización, al haber asumido la organización y la acción sindical.

Juan Mazarrasa, secretario de formación, no ha negado nunca -que él compartía las ideas que hícieron dimitir a Corcuera y se asegura que es un hombre claramente a favor de establecer un nuevo modelo sindical, que para sus detractores no es otra cosa que un sindicalismo socialdemócrata conservador. La incógnita es Miguel Ángel Ordóñez, secretario de imagen. Pero tampoco se ha distinguido, según estas fuentes, por sus compromisos con la línea de Redondo.

Dentro de estas tensiones, José Antonio Saavedra, secretano general de minería de UGT, en declaraciones a Marifé Moreno, en León, señaló que la posibilidad de su sustitución por el diputado socialista de León, Conrado Alonso Buitrón, es una maniobra global del Gobierno para amansar el sindicato. "Lo que se busca es el desbancamiento del mejor sindicalista de este país, Nicolás Redondo".

Saavedra manifestó conocer "la intención" del Gobierno de eliminar puntales en las federaciones que pudieran ser conflictivas en un futuro próximo", dada la importancia que esto supone cara a las próximas elecciones generales, y aseguró que "mientras esté yo al frente de la federación minera, las decisiones las tomarán los propios afiliado".

Manuel Garnacho tampoco ha tenido inconveniente en reconocer en distintas ocasiones que dentro de la organización existen movimientos tendentes a debilitar el poder de Redondo. Para Garnacho, sin embargo, se trata de operaciones que no cuentan con el apoyo de las bases.

Posibilidad de cambio

Aunque nadie se atreva a dar el primer paso, aparecen ya las primeras voces que , si no piden el relevo de Redondo, admiten la posibilidad de un cambio. El caso más significativo es el de José Luis Corcuera hasta hace poco hombre de confianza de Redondo y hoy alejado de la ejecutiva. En declaraciones a El Correo Español-El Pueblo Vasco, Corcuera advierte que, aunque nadie se plantea cuestionar el actual liderazgo de Nicolás Redondo, tampoco hay que sacralizar a las personas ( ... ) y nadie se tiene que molestar porque se plantee intelectualmente la posibilidad de un cambio".

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