Las dotaciones para pensiones y 'riesgo-país', principales factores a la hora de recomendar dividendos bancarios

El Banco de España ha recibido ya el balance consolidado de los grupos financieros correspondiente al primer semestre del año y los balances y cuentas de resultados de los nueve primeros meses del ejercicio. La política de dividendos que se recomiende estará en función del grado de cumplimiento del nuevo coeficiente de recursos propios de los grupos y de las dotaciones para hacer frente a las obligaciones de complemento de pensiones que los bancos tienen comprometidas y del volumen de provisiones para riesgos exteriores.

El pasado 31 de octubre era la fecha límite para que las entidades financieras españolas remitieran al Banco de España el balance consolidado de sus grupos, en cumplimiento de la nueva normativa sobre recursos propios y obligaciones de información, correspondiente al primer semestre del año. Esta información debía haber sido remitida a finales del mes de julio, aunque se amplió el plazo hasta finales de octubre por considerarse que se debía dar más tiempo al ser la primera vez que existía obligación de hacer esta consolidación.En una reunión del Consejo Superior Bancario celebrada antes del verano, representantes de la Administración anunciaron que la no presentación de este balance consolidado impediría la autorización de repartir un dividendo a cuenta del ejercicio. No obstante, o se eliminó esta condición o algunas entidades se la saltaron porque lo cierto es que se anunciaron dividendos a cuenta sin que la consolidación hubiera sido entregada al Banco de España y a sabiendas de que se estaban provocando tensiones con la autoridad monetaria.

La consolidación del primer semestre va a permitir conocer el grado de adaptación a la nueva normativa sobre recursos propios que tienen los principales grupos bancarios nacionales. En un principio se considera que, tras los retoques introducidos sobre el primer borrador de coeficiente, la mayor parte de los grandes grupos bancarios nacionales cumple la normativa sin problemas, aunque podría haber alguno que estuviera por debajo, o muy justo. Con los cálculos del primer borrador, cinco de los siete grandes grupos bancarios estaban por debajo de los mínimos.

Las correcciones, reducción del porcentaje de recursos propios que debían respaldar participaciones accionariales o la concentración de riesgos y la consideración de recursos propios de los fondos de comercio de los bancos en crisis, permitieron rebajar lo suficiente el listón para que lo superaran prácticamente todos los grupos. La incógnita es el grupo del Hispano Americano, en la consolidación de sus filiales, aunque en medios financieros se estima que, incluso en este caso, no habrá problemas tanto por la rebaja como por la desinversión que el grupo ha efectuado en el último ejercicio.

Si el volumen de recursos propios alcanza los mínimos exigidos, que irán incrementándose paulatinamente para que el ajuste a lo que se considera imprescindible no suponga demasiados problemas a las instituciones, no se pondrán dificultades para que las entidades repartan dividendos en forma más o menos libre.

La banca tiene, por compromisos de los convenios colectivos, que complementar hasta el 100% del salario real las pensiones de jubilación de sus empleados. Hasta hace un par de años estos complementos de pensiones se contabilizaban como costes de cada ejercicio. El Banco de España pidió el año pasado que los bancos hicieran un cálculo del volumen de reservas que necesitarían tener establecidas para garantizar el pago de esos complementos de pensiones.

Escasas dotaciones

Algunos de los grandes bancos llevan constituyendo un fondo de reservas para cubrir esas obligaciones; el Banco Central ha declarado que tiene cubierto el fondo al 100%; el Banco Popular y el Vizcaya tienen cubierta una parte importante de esas necesidades; otros bancos, como el Bilbao y el Santander, han anunciado la constitución del fondo y el inicio de la dotación de recursos; Banesto y el Banco Hispano no han destinado, por el momento, ninguna cantidad a la formación de este fondo de pensiones. Las filiales de estos bancos no tienen constituido fondo alguno.Ello significa que en este ejercicio los grupos bancarios, y algunas de las matrices, tendrán que destinar una parte importante de sus resultados antes de impuestos para cumplir esta recomendación del Banco de España, lo que podría representar, en algún caso concreto, el mantenimiento del dividendo del ejercicio anterior, o, si las autoridades deciden apretar más, una posible rebaja del mismo. La estructura de edad de algunas instituciones es muy elevada y desde hace años se vienen incentivando las bajas mediante jubilaciones anticipadas cuyo complemento hasta el 100% del salario real corre a cargo de las entidades financieras. Los cálculos de la Asociación Española de Banca Privada del pasado año cifraban en 100.000 millones de pesetas el volumen de recursos necesario. Lo dotado hasta ahora es bastante inferior a esa cifra.

El otro factor que se considerará a la hora de establecer el reparto de los beneficios es el grado de cumplimiento de la normativa sobre riesgo-país. El Banco de España elevó los mínimos de provisiones exigibles en el verano para tratar de adecuar el volumen de recursos con las renegociaciones de la deuda externa de numerosos países en desarrollo. La creencia general en el sector es que esas provisiones irán creciendo en los próximos ejercicios hasta poder amortizar la mayor parte de la deuda, porque se considera poco menos que imposible que se recupere el capital invertido.