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La constructora Huarte y Compañía, vendida al grupo Transworld Constructions

La empresa constructora Huarte y Compañía fue vendida anteayer, martes 5 de noviembre, al, grupo Transworld Constructions, que ya adquirió meses atrás Hispano Alemana de Construcciones, perteneciente al holding nacionalizado Rumasa. Huarte y Transworld suscribieron "un contrato en firme, con condición resolutorio, es decir, supeditado al cumplimiento de una serie de condiciones. La salida operada en la larga crisis de la constructora, una de las de más tradición en el panorama español de la construcción, viene a resumir la aguda crisis por la que atraviesa todo el sector.

El encaje de bolillos en que se había convertido el plan de reestructuración financiera e industrial de Huarte se ha venido finalmente abajo, a causa - del desequilibrio patrimonial y las urgencias de liquidez en la sociedad. A mediados de julio pasa do, los 13 bancos acreedores de la entidad, a quienes ésta adeuda más de 7.000 millones de pesetas, firmaron un complejo acuerdo de reestructuración financiera que suponía un balón de oxígeno para Huarte. Dicho acuerdo, sin embargo, estaba supeditado a la realización y aprobación de un plan paralelo de reconversión industrial o "plan estratégico" de la constructora, encargado a la empresa Consultores de la Dirección Asociados, que preside el antiguo consejero delegado del Banco Urquijo, José María Loizaga. Hasta que dicho plan estuviera a punto, cosa esperada para finales del presente mes, los acreedores bancarios concedieron una moratoria de seis meses que vence en estas fechas.

Dada la apremiante situación de la sociedad, la firma consultora ha adelantado sus trabajos y tiene a punto el mencionado plan estratégico. El resultado global de sus trabajos no ha podido ser más dramático. Trabajando en base a balances consolidados del grupo, algo nuevo en la historia contable de Huarte -más de 80 sociedades, muchas de ellas inactivas, entre ellas la empresa Huarver, en Venezuela, a la que apuntan todos los dedos como causante de la caída en picado de la constructora- el citado gabinete de consultoría ha encontrado una empresa "completamente descapitalizada, necesitada con toda urgencia de una inyección de tesorería del orden de 5.000 millones de pesetas, más una recapitalización adicional". En estas condiciones, el futuro de Huarte pasaba por la típica operación acordeón, con reducción del capital a cero y posterior ampliación.

La gravedad del diagnóstico ha superado ampliamente, en opinión de las fuentes consultadas, los intentos bienintencionados plasmados en los planes de reestructuración financiera diseñados por los bancos acreedores, el primero de los cuales ya fue puesto en marcha en octubre de 1984, acompañado con una inyección de créditos frescos por importe de 1.000 millones de pesetas. Parecía, pues, necesaria una operación de más calado.

Encontrar un comprador

Esta operación ha sido la venta de la constructora. Desde hace meses la mencionada consultoría ha estado sondeando el mercado para hallar un comprador a Huarte. De. forma un tanto precipitada se ha llegado a un acuerdo con Transworld, que ya actuara de comprador milagro con Hispano Alemana de Construcciones. Transworld, con lai experiencia adquirida, compra Huarte pero con condiciones, es decir, que los acreedores bancarios admitan una quita de deudas o, con más ortodoxia, "la compra de créditos a un precio determinado". Los sacrificios influyen a proveedores, obligacionistas y a la propia Administración, con las cuotas a la Seguridad Social. El futuro inmediato en Huarte se centra pues en la negociación de esas "condiciones resolutivas" que permitan naterializar la integración de la firma en Transworld. La eventualidad de la suspensión de pagos está en la trastienda, dada la cifra de deuda que la constructora tiene ya sin atender. En el Registro de Impagados (RAI) Huarte figura con protestos cercanos a los 1.000 millones de pesetas y algún procedimiento ejecutivo interpuesto.

Los problemas financieros de Huarte comenzaron a hacerse patentes a primeros de 1984, a consecuencia de tres factores: la raída de ventas interiores; los problemas originados en Latinoamérica, zona de expansión de la constructora, y la negativa de los acreedores bancarios a aumentar su nivel de riesgo en la sociedad. Los problemas más importantes se presentaron en Venezuela, donde Huarver, tras la devaluación del bolívar y el abandono de numerosos proyectos gubernamentales a consecuencia de la crisis de la deuda, tenía que hacer frente a un pasivo de 27 millones de dólares, que generaban anualmente unas cargas financieras de cerca de 3 millones de dólares. A mediados del pasado año, los 13 bancos acreedores invitaron a Huarte a efectuar un plan completo de refinanciación de su deuda. Uno de ellos, Saudesbank, llegó aamenazar con la presentación de un ejecutivo contra la compañía.

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