Osasuna se desfondó pronto
ARTURO GRACIA Osasuna, a los 10 minutos, había hecho lo más difícil: equilibrar la ventaja del Waregem. Dos goles como dos zarpazos y mucha presión. Orejuela tuvo el tercero a un minuto del descanso, pero su remate fue neutralizado por De Coninck.
El equipo navarro se gastó en su generoso esfuerzo de la primera mitad sin obtener más renta y el Waregem, que ya había apuntado peligrosos contraataques desde que recibió el segundo gol, salió en la segunda con un sello más ofensivo al estar más entero. A los 50 minutos el barro frenó un balón de gol disparado por Desmet y se detuvo ante la misma línea. Dos más tarde Van Baeckl estrelló la pelota en la escuadra derecha de la portería osasunista. Y a los 60, inevitablemente, Veyt marcó el tanto belga, que ponía de nuevo la eliminatoria en la luna a efectos osasunistas.
En realidad, Osasuna jugó muy bien media hora y eso no fue suficiente. Se vistió de blanco para no coincidir con el rojo del uniforme del Waregem, se sintió Real Madrid y encontró el gol, ese desconocido para él. Pero, una vez más, se ha demostrado que el hábito no hace al monje. Al margen de ello, Osasuna ha sido eliminado con toda dignidad tras ganar este partido y hacer un decoroso papel en su debú en las competiciones europeas.
El Waregem tiene una defensa tan vulnerable como se anunciaba, pero juega muy bien al ataque. No se explica que comenzara tan a la defensiva. Su clasificación no tiene peros que oponerle. Osasuna tal vez pagó la novatada de gastarse fiÍsicamente en los comienzos.
El equipo navarro tenía la meta de marcar tres goles, pero además debía evitar que el Waregem le hiciera alguno. De ahí, que los osasunistas se movieran de arriba abajo buscando el portal contrario y defendiendo el propio a lo largo de todo el primer tiempo y que en el segundo pagaran las consecuencias frente a un Waregem físicamente superior.
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