Los comunistas de Gallego estudian con gran reserva el pacto con Carrillo
El comité central del Partido Comunista (PC), que encabeza Ignacio Gallego, continuó ayer reunido para estudiar la propuesta de la. Mesa para la Unidad de los Comunistas, presidida por Santiago Carrillo, que intenta una condidatura comunista única en las próximas elecciones legislativas. El mutismo más absoluto rodea las sesiones de los prosoviéticos de Gallego que insisisten en que no anunciarán sus decisiones hasta el lunes a mediodía, en una conferencia de prensa.La clave de la decisión consiste en que el comité central del PC acepte distinguir las cuestiones ideológicas de las puramente electorales. Si esto ocurriera así quedaría abierto el camino para negociar con el grupo de Carrillo el pacto electoral.
Durante la tarde de ayer no fue posible hablar con ningún dirigente del PC. En la sede del partido insistieron en que los miembros de la ejecutiva permanecían reunidos y que no se iba a facilitar ninguna información ni comentario sobre la marcha de las reuniones. En una nota de prensa anunciaron que hasta el lunes "no habrá ninguna información autorizada".
El comité central del PC estudia en su reunión la situación del partido y el proceso de crecimiento que, al parecer, ha experimentado, junto con la situación del sindicato comunista Comisiones Obreras, tratando de evitar que las divisiones de los tres, partidos que actualmente se reclaman como comunistas se trasladen al sindicato.
Por otra parte, la Mesa para la Unidad de los Comunistas acordó el viernes que Santiago Carrillo se traslade a Galicia para participar durante 14 días en la campaña electoral para apoyar las candidaturas del PC marxista revolucionario.
La Mesa decidió asimismo acudir con pancartas, cortejos y eslóganes propios en las manifestaciones convocadas para el próximo día 10 en toda España contra la permanencia de nuestro país en la OTAN.
Adolfo Piñedo será en adelante el coordinador de la actividad cotidiana de la organización de la Mesa, que emitirá a principios de 1986 "tarjetas de adhesión", al precio de 100 pesetas cada una, que servirán de método de financiación y de "carné" de militancia en algunos casos.
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