Patricia y Robert Emerson,
ciudadanos británicos, no tenían palabras más fuertes que el silencio. Durante los últimos 12 años de su matrimonio no se han hablado ni una sola vez. Incluso, cuando la esposa decidió divorciarse pasó una nota al marido, quien sólo respondió, también, por escrito, "adelante". La historia salió a la luz al ser alegada como circunstancia atenuante por el abogado de Patricia ante el tribunal que la juzgaba por hurto de 1,52 libras (unas 350 pesetas) en la cafetería donde trabajaba. A pesar de todo, Patricia fue condenada a una multa de 50 libras y una compensación de 52 libras al propietario de la cafetería.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.