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Tribuna:
Tribuna
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Queridas

En las secciones de contactos de los periódicos se pueden leer hoy en día anuncios como éste: "Casado 30 años, buena posición, busca querida estable, amante de sus labores. Abstenerse no sepan guisar, coser y planchar".Según me dicen los que están en el siglo, en el. retorno general a las fuentes que vivimos, dentro de la operación rescate de valores eternos, vuelve a estar de moda la querida, vulgo querindanga. La querindanga era aquella opulenta portadora de jamones externos a la que el señor de Tarrasa o el señorito de Jerez le tenían puesto piso en algún Carrer de les Camelies, donde ella sin chales en los pechos, y flojo el cinturón, recibía los lunes y jueves a su benefactor, dispuesta a repartir con él los bienes parainfernales que la legal, temerosa de Dios y de su confesor, le escatimaba.

La diferencia entre ayer y hoy es que los señoritos modernos ya no entretienen manceba por el mero apetito carnal, pues las esposas actuales, muy desinhibidas ellas, suelen montárselo guay a nivel cama. En cambio, para ser perfectas casadas arciprestales, en la cama locas y en la casa cuerdas, carecen de cordura hogareña y son un desastre en el capítulo de sus labores. Y eso es precisamente -y no lo otro- lo que, buscan fuera del hogar los modernos cabezas de familia Ulíses: una hacendosa Penélope extraconyugal que les zurza, cocine y planche, para no verse condenados a ir por la vida comidos de sobricaldo y vestidos, forzosamente de la arruga es bella. O sea, que se lleva la amante de mesa camilla y brasero más que de cama y liguero

Y en verdad debe ser una gozada llegar a la segunda residencia y en contrarse a la otra, la pata quebrada y en casa, en bata y rulos, tejiendo un tapabocas para uno, mientras en la cocina humea el arros amb fessols y naps, o el cocidito madrileño repica en nuestra buhardilla freudiana. Un inconveniente es que, así como antaño la otra sólo tenía derecho a alimentarse a escondidas con los besos que le dabas, hogaño exige estar en nómina como empleada de holgar, con trienios y vacaciones pa gadas en Benidorm.

Y otra diferencia menuda es que hoy la otra de uno puede resultar ser el otro. Pero qué se le va a hacer nadie es perfecto.

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