Análisis de la negociación colectiva
En nuestro país, y en la actual coyuntura socioeconómica, parece ir consolidándose una tendencia a considerar la acción sindical ligada a lo que venimos llamando política de concertación como método para hacer efectiva una política de, solidaridad positiva ante el paro y la crisis. Esto ocurre en un amplio sector de la clase trabajadora: aquel que se encuadra y respalda los posicionamientos de la Unión General de Trabajadores.La política de concertación desarrollada en los últimos años ha contemplado siempre una referencia obligada para la negociación colectiva, en la que se ha venido incluyendo una serie de puntos tales como la banda salarial, condicionada por la previsión de inflación; la cláusula de revisión salarial ante posibles desviaciones en la inflación prevista, así como la jornada, las condiciones de trabajo, etcétera. La política de concertación consigue, además, una mejor ordenación de la negociación colectiva, generalizándose con ella las conquistas sociales.
Por el contrario, todo parece indicar que, en ausencia de un acuerdo de referencia, no sólo es más diricil mantener el poder adquisitivo de los salarios (en 1984, sin acuerdo, se perdieron.entre uno y tres puntos con sóloun 60%, de los trabajadores afectados por convenio con cláusula de revisión), sino que, adicionalmente, hay que contar con una, insolidaridad manifiesta hacia los sectores más deprimidos o con menos capacidad, de presión en la negociación colectiva.
Además de estas consideraciones hay que preguntarse el cómo puede conseguirse el mantenimiento global del poder adquisitivo. Solamente negociando convenios no se consigue mantener el poder adquisitivo global de los salarios, puesto que éste depende de lo acordado en los convenios y de la cláusula de revisión establecida, pero también de las cotizaciones sociales y del capítulo fiscal, sin dejar de mencionar la protección a los trabajadores desempleados e inclusive la creación de puestos de trabajo.
En el balance de la negociación del presente año se observa, en primer lugar, una sensible disminución de, la conflictividad sobre el año 1984, donde se perdieron cerca de ocho millones de jornadas por huelga, frente al millón aproximadamente de 1985, lo que supone un drástico descenso de los índices de conflictividad registrados ,en el año anterior.
Por encima de las previsiones
Junto a estos datos, debemos se fialar también que la negociación colectiva en este año ha sido mucho más fluida, registrándose 366 convenios más a iguales fechas de 1984, afectando a más de medio millón de trabajadores, lóque su pone un notable avance en relación con el año anterior. En cuanto a la política salarial, por primera vez en cinco años -y éste es un hecho,de indudable importancia-, el incremento salarial medio ponderado por trabajador se sitúa por encima de las previsiones de inflación -7,25%, frente al 7%-, siendo el 83% de los trabajadores los que han firmado convenios dentro del acuerdo interconfederal. Solamente el 0,4% de los afectados por convenio ha pactado condiciones inferiores al 5,5%, que es la parte inferior de la banda.Un 16,6% de los trabajadores ha conseguido incrementos superiores a los estipulados en el acuerdo interconfederal, pero generalmente renunciando a la cláusula de revisión salarial (hay ejemplos significativos, sobre todo en Euskadi, por la-política que desarrolla en este sentido ELA-STV), dato que no nos cansaremos de denunciar como peligroso con vistas a mantener el poder adquisitivo, cuando además" inclusive por el Gobierno, ya se anuncia una desviación"en la inflación para este año de aproximadamente un punto sobre las previsiones. La experiencia de años anteriores y, en cualquier caso, el riesgo de negociar en base a la inflación prevista aconsejan la generalización de la revisión salarial en todos y cada uno de los convenios, aun, a costa de porcentajes más altos.
En relación con dicha revisión salarial, el 70% de los trabajadores contempla en sus convenios dicha cláusula, y el 92% de los mismos ha firmado la que se contempla en el propio acuerdo interconfederal, lo que nos coloca, dada la bondad de dicha cláusula, en una posición óptima en cuanto al mantenimiento del poder adquisitivo pactado en los convenios.
Otro de los aspectos que hay que destacar es el empuje dado este año a la reducción de la jornada de trabajo como una de las medidas tendentes a repartir mejor el trabajo existente dentro de la política que defiende la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Como consecuencia de lo anterior, se ha duplicado el número de trabajadores con jornada inferior a 40 horas, lo que equivale a pasar del 17,3% en 1984 al 31,4% en 1985, aun a pesar de la actitud contraria y beligerante de la CEOE en relación con este tema.
Del mismo modo, la jubilación anticipada se recoge para el 26,75% de la totalidad de los trabajadores afectados por los convenios, lo que representa un total de 1.570.000 trabajadores, suponiendo un incremento de 670.000 en este año sobre los computados con anterioridad; no obstante, ha brá que seguir insistiendo en la aplicación de lo que llamamos contrato de relevo, ya que hasta el presente sólo se ha conseguido que afecte al 18% de las jubilacio nes anticipadas, . De otra parte, son 71 los convenios que recogen específicaniente la creación de nuevos empleos, tanto por sustitución de bajasvegetativas corno por creacion neta de puestos de trabajo. Otro dato importante a considerar es que más del 50% de los trabajadores ha suscrito convenios con vigencia para dos años, ajustándose así a la recomendación contemplada en el acuerdo interconfederal, lo que supondrá de entrada mayor fluidez en la negociación de convenios para 1986. Contrariamente a los criterios vertidos por la dirección de CC OO, los representantes de esta central a niveles inferiores han firmado convenios que afectan al 677. de los trabajadores, con una subida promedio del 7,32%, índice que está dentro.de lá banda establecida, fracasando así, en sus directrices estratégicas y produciéndose de facto una adhesión de dicha organización por la base al acuerdo interconfederal.
Por todo ello, el presente balance lo consideramos positivo y alentador, aunque, no obstante, estaría incompleto si no esbozáramos algunas de las insuficiencias en los contenidos de los convenios, que hacen que la negociación colectiva aún esté excesivamente escorada hacia los temas salariales, no abordándose como es debido temas fundamentales y enriquecedores: ordenanzas laborales, productividad, absentismo, derechos sindicales, etcétera.
Balance positivo
Tampoco podemos estar satisfechos con el escaso desarrollo de lo que venimos llamando negociación articulada ni con el insuficiente protagonismo, dentro de esta filosofía, de las, secciones sindicales en los convenios.
En estos momentos, el movimiento sindical se encuentra preparando, la negociación colectiva del año 1986, y. sin lugar a dudas estos temas deben formar parte de sus reivindicaciones.
La negociación colectivade, 1986 va a estar muy marcada por el desarrollo de la política de concertación, así como, por la actitud que adopte la CEOE con vistas al acuerdo interconfederal, que deseamos sea tan responsable como la que vienen sosteniendo los trabajadores.
Por lo que respecta a la UGT, tenemos que manifestar que seguirá defendiendo, por las razones apuntadas, la política de concertación y, más en concreto, él acuerdo interconfederal firmado con la CEOE, ya que lo consideramos beneficioso para,los trabajadores y para el propio país, manteniendo, por tanto, esa referencia para los convenios a negociar en los próximos meses y sin que esto suponga negar la.evidencia respecto a las dificultades por las que atraviesa en estos momentos la política de concertación.
Finalmente, tenemos que manifestar una vez más que la posición que hemos venido defendiendo en cuanto a la negociación colectiva ha contado con el sentir mayoritarío de los trabajadores, dada la responsabilidad demostrada, a pesar de posibles equivocaciones. Ni hemos cambiado ni vamos a cambiar, por tanto, nuestra política sindical en torno a la concertación y discusión de convenios.
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