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TORNEOS EUROPEOS DE FÚTBOL

El Bangor galés ha puesto duchas y vallas en su campo para recibir al Atlético

El Atlético de Madrid llegó en la tarde de ayer a Bangor, se entrenó en el pequeño campo del equipo del pueblo al que se enfrenta hoy (seis de la tarde) en partido de ida de la segunda eliminatoria de Recopa, y sus jugadores respiraron: han puesto duchas en los vestuarios y vallas entre las pequeñas gradas para 8.000 espectadores y el césped. Las vallas han sido colocadas a instancia de la Federación Galesa de Fútbol, tras un informe del Atlético enviado a la Federación Europea (UEFA) para advertir de su inexistencia anterior. Las duchas se han instalado en el vestuario del equipo visitante, para sustituir a una modesta pileta.

Jesús Martínez Jayo, ayudante del entrenador Luis Aragonés en el Atlético, se quedó sorprendido cuando comenzó hace unas días su espionaje del modesto rival galés al que va a enfrentarse el Atlético hoy. "El campo del Bangor City es decepcionante; y sus instalaciones, muy pobres en materias de seguridad e higiene", dijo. No era para menos. Las vallas en torno al campo resultaban pequeñas y fácilmente desbordables por incontrolados; el vestuario visitante carecía de duchas; la iluminación era muy mala y, para completar el panorama, el campito estaba encajonado entre cuatro calles y su acceso debe hacerse a través de unos callejones. Por tanto, han de mezclarse jugadores con aficionados.El informe del Atlético a la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA) sirvió para que ésta tramitase las quejas del club madrileño a la Federación Galesa, que prometió mejorar, en lo posible, tales deficiencias. Lo único que no se ha podido cambiar son los callejones.

Bangor es una pequeña ciudad minera de Gales, a unos 160 kilómetros de Manchester, desde donde llegó ayer la expedición del Atlético, en autocar, tras un vuelo Madrid-Barcelona-Manchester. El Bangor City es un equipo muy alejado del profesionalismo español.

Este equipo, similar a los de la "zona media española", según los técnicos del Atlético, participa en la Recopa sin haber logrado siquiera el título de Copa de Gales, cuya final perdió el año pasado contra el Shrewsbury (3-0 y 2-0 en sus dos partidos). Sin embargo, al estar afiliado el verdadero campeón a la Federación Inglesa, la sanción de la UEFA a los clubes ingleses por los incidentes del estadio Heysel, de Bruselas, le cayó también encima, privándole de su participación europea.

De los jugadores del Bangor, lo que mejor se conoce son sus problemas laborales. Mark Cartwright, defensa derecho, perdió su empleo de representante de una empresa por hacer novillos. Mark se fue a jugar la anterior eliminatoria con su equipo a Noruega, frente al Fredrekstad, sin solicitar permiso a sus superiores -hay quien asegura que se limitó a pretextar una inexistente enfermedad-, y, a su regreso, se encontró con que había pasado a engrosar las listas del paro. Mark Palios, centrocampista, trabaja de contable; Phil Lunn, defensa, es taxista, y Evans y Banks, defensas, se ganan el sueldo como empleados de Correos.

Peligro

Con todos estos datos, parece claro que el mayor peligro para un equipo de la particular idiosincrasia del Atlético radica, precisamente, en la debilidad de su rival.

Pero la capacidad rojiblanca demostrada ya fuera de casa en la anterior eliminatoria frente al Celtic escocés también puede ser una vacuna contra ese peligro. El entramado centrocampista sí funcionó en Glasgow y se espera un buen servicio otra vez.

El partido comienza a las seis de la tarde; y arbitrará el holandés Thomas.

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