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COMUNIDAD VALENCIANA

Aisladas cinco reclusas en la cárcel de Valencia tras un motín de casi dos horas

Cinco reclusas permanecían ayer aisladas en la cárcel de mujeres de Valencia tras los incidentes que se produjeron a última hora de la tarde del viernes, iniciados a raíz de una pelea entre dos internas, que acabó en un motín, sofocado por la policía, en el que se produjeron varios heridos leves. Los daños en las instalaciones del centro penitenciario son considerables, aunque la tranquilidad se recuperó en la jornada de ayer.

El conflicto se inició alrededor de las nueve de la noche del viernes, con una reyerta entre dos reclusas, motivada, al parecer, tras recibir una presa, cuyo nombre no ha sido facilitado, la noticia de que había sido condenada a cuatro años, la cual ya había sido condenada por otro delito a cuatro años de prisión. Al intentar las funcionarias aislar a las contrincantes, parte de la población reclusa -compuesta por más de sesenta mujeres-, que según la dirección del centro, Aurora Ramírez, había mostrado a lo largo del día "síntomas crecientes de agresividad", impidió la maniobra mediante amenazas y agresiones fisicas.

Síndrome de abstinencia

Otra de las versiones que circulan en torno al inicio de la pelea sostiene que las dos reclusas eran heroinómanas y se encontraban bajo el síndrome de abstinencia. Cuando la situación desbordó al personal de la cárcel fue requerida la presencia de la Policía Nacional. Entre tanto se incrementó la violencia y las instalaciones del centro penitenciario sufrieron considerables destrozos en puertas, lavabos, sillas y cristales, a lo largo de dos horas. Durante los incidentes hubo de sofocarse el incendio provocado en una de las celdas. También recibieron atención médica dos reclusas -una de ellas se autolesionó en la muñeca- y una agente de la policía, que sufrió heridas leves.Uno de los motivos de protesta aducido por las internas es "la ausencia total de atención médica de urgencia" y la inexistencia de pediatras para atender a sus hijos. Aurora Ramírez desmiente que no exista atención médica, aunque reconoce que su carisma dista del de su predecesora, Mercedes Gabardo, una directora que gozó del afecto de las internas y cuya presencia fue reclamada insistentemente por las amotinadas.

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