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Butragueño y Sarabia, la atención del Madrid-Athlétic

El Real Madrid y el Athlétic de Bilbao miden hoy sus fuerzas en la cabeza de la clasificación de la Liga de fútbol de la Primera División. Butragueño y Sarabla son las estrellas del espectáculo, si bien no existe la seguridad de que el segundo forme en el equipo inicial rojiblanco; el blanco estará integrado por los jugadores habituales. Javier Clemente, entrenador del Athiétic, sostiene que no hay 11 titutares, sino 13, y, de acuerdo con ello, Sarabia sería un titular para incorporarse a los partidos sobre la marcha. Todas las localidades del estadio Bernabéu están vendidas y el Madrid recaudará 45 millones de pesetas.

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Un campo anticuado

Entre los alicientes del encuentro de hoy figura la posibilidad de ver en acción a los dos jugadores más astutos del actual fútbol español. Butragueño y Sarabia pueden tener una tarde más o menos acertada, pero es seguro que la única posibilidad que le resta al aficionado de ver fútbol de auténtica calidad, de inspiración -es decir, de ruptura del equilibrio mediante la astucia-, depende de las piernas de dos futbolistas, a no ser qu compren un vídeo con las jugadas de Cruyff, Platini o Maradona, últimos representantes de una estirpe en extinción.El Athlétic, que esta tarde se enfrenta al líder, llega a Madrid con la baja de Argote y la baza de la recuperación de otros cinco titulares cuya ausencia tanto se hizo notar el pasado domingo frente al Valladolid. Tres mil bilbaínos acompañan al equipo, cuyo objetivo es, según el entrenador, Clemente, "el de siempre: ganar".

El entrenamiento principal de la semana, que habitualmente se realiza los jueves en Lezama, tuvo lugar en esta ocasión en San Mamés y a puerta cerrada. Seguramente, no tanto por ocultar planes y tácticas como por contribuir con una pizca de solemnidad al ritual que siempre acompaña a un encuentro en la capital, especialmente si se disputa frente al líder y con el liderato en juego.

'Factor Sarabia'

En realidad, por lo demás, nada hay, a estas alturas, que ocultar. El Athlétic jugará esta tarde de la única forma que puede y sabe hacerlo en partidos a domicilio y frente a rivales de categoría: tratando de desgastar al contrario en la primera mitad con la ilusión de sorprenderlo en la segunda. Para lo uno cuenta con las armas tradicionales: presión en todo el campo, muralla en la medular, envíos largos de Goikoetxea y delanteros rápidos. Para lo otro dispone únicamente del factor Sarabia.

Los pelotazos largos de Goikoetxea, elemento fundamental en el juego actual del Athlétic, tienen por objeto no sólo descongestionar por la vía rápida la propia zona caliente, sino retener en la suya a los defensas laterales y al libre rivales. Para estos partidos Clemente elige delanteros en los que la velocidad prime sobre cualquier otra condición.

De esta forma, la combinación entre los desplazamientos en diagonal del central rojiblanco y la velocidad de hombres como Endika, Julio Salinas o Argote tiene un efecto, más que nada, amedrentador sobre las líneas traseras del adversario. A veces Clemente habla más de la cuenta, pero la verdad es que sabe lo que se hace.

El fútbol es, antes que nada, juego de astucia. En casi todos los encuentros, con excepción de aquéllos en que la diferencia de categoría es enorme, el desarrollo de la pugna tiende, a partir de un momento dado, al equilibrio de fuerzas. Normalmente, vence aquél que en ese momento es capaz de romper la simetría mediante la incorporación al tablero de lo imprevisto. En el Athlétic, desde hace cuatro o cinco años, lo imprevisto, por más que todos lo esperen, se llama Sarabia.

Recuérdese el último Madrid-Athlétic, que finalizó con empate a dos goles. En cuanto Michel marcó el primer tanto local, Clemente mandó calentarse a Sarabia. En su primera intervención fabricó la jugada del empate y sus posteriores correrías, por más que pecaran de individualistas, sirvieron para contrarrestar la superioridad que habían impuesto los vuelos de El Buitre.

El que Clemente no se considere, según acaba de declarar, "amigo de Sarabia" no significa que ignore sus cualidades. De todos es sabido que el comprensible enfado de este último tiene su origen en la que considera escasa utilización de sus servicios.

La temporada pasada, en efecto, Sarabia sólo'actuó, en la Liga, durante 1.686 minutos sobre un máximo posible de 3.060. Pero pocos aficionados, incluso entre los incondicionales del delantero, conocen el dato de que Sarabia fue,el jugador bilbaíno de campo -es decir, exceptuando a Zubizarreta- que intervino en mayor número de encuentros a lo largo de la campaña. Concretamente, participó en 59 partidos entre las diferentes competiciones, aunque no inicialmente en su mayoría.

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