El Estudiantes 'no sorprendió' al Madrid

El Estudiantes, tal y como demostró ayer, es un equipo capaz de echar cuentas con los grandes. Quiere ello decir que puede plantearse la posibilidad de anotar algún punto con ellos. Ayer sumó dos donde todos aspiran a nada. Es un lujo que sólo puede permitirse el Estudiantes. Ayer ganó y dio la gran sorpresa del campeonato. Pero el mérito está en cómo lo hizo. El sábado próximo llega el Barcelona y el Estudiantes echa sus cuentas: puede perder, pero puede ganar.El Estudiantes, armado en la grada con una representación de la Demencia que superó con creces los grititos de la afición local, ganó al Real Madrid con un mérito increíble. Para empezar, tomó el mando progresivamente: fue, poco a poco, minuto a minuto, ampliando su ventaja, de cuatro a diez puntos (26-36, a falta de 8.30 minútos para el descanso). Así, no hubo lugar a la sorpresa inesperada porque los madridistas veían el peligro constantemente. No hubo lugar al relajamiento.

En sus 13 primeros tiros el Estudiantes sólo falló uno; defendió de lejos ante Del Corral y Romay para agruparse en la lucha por el rebote; defendió duro y respondió con un contraataque al estilo madridista. El Real Madrid apretó los dientes y provocó el empate (48.48 cerca del descanso). Pero el partido no se había acabado.

En la reanudación el Estudiantes volvió a luchar por el despegue. Se fue por 11 puntos. Quedaban 15 minutos y el Real Madrid se obligó a una segunda reacción (75-76, en el minuto 13). Pocos han superado una segunda embestida, pero sí el Estudiantes, que volvió a irse (75-85, a falta de 3.42). Este ir y venir denotaba lucha sin cuartel, forcejeo, presión ambiental, miedo a ganar y temor a perder después de tanto esfuerzo. El Estudiantes superó todas estas coyunturas. No dio la sorpresa, sino que ganó al Real Madrid cara a cara.

El final fue muy tenso porque el Estudiantes jugó, extrañamente, a conservar la ventaja, al estilo futbolístico de no marcar y que no te marquen, táctica casi imposible en baloncesto. Lo logró, aunque una canasta de tres puntos de Iturriaga en el último segundo dejara el marcador en su mínima diferencia.