Un incendio destruye las oficinas de la Embajada de Irán en Madrid
El edificio central de la Embajada de Irán en Madrid quedó ayer destruido en parte por un incendio que se declaró a las cuatro de la madrugada. El fuego, que destruyó los archivos, fue provocado por un cortocircuito, según las primeras conclusiones de la policía, a que una persona reivindicó ayer la autoria en nombre del Partido Democrático del Pueblo Iraní. La residencia del embajador y el consulado no resultaron afectados. Un fotógrafo del diario Marca fue violentamente expulsado del recinto diplomático; los funcionarios iraníes le arrebataron la cámara y velaron el carrete.
Mientras miembros de la Embajada desalojaban del edificio siniestrado cajas abarrotadas de papeles destruidos, un funcionario iraní desmentía que se hubiera quemado "nada que tenga importancia, tan sólo unos periódicos y algunas mesas. Los papeles importantes los tenemos bien guardados", aseguró. Sin embargo, otro funcionario iraní reconoció que se habían quemados documentos oficiales y archivos privados "de gran importancia".La Embajada, situada en la calle de Jerez, en el distrito de Chamartín, la componen tres espléndidos edificios rodeados de jardines: el consulado, la residencia del embajador y la cancillería, dedicada al servicio de oficinas y archivos. La techumbre de este último inmueble quedó totalmente calcinada, lo mismo que el interior. La fachada, sin embargo, aparecía intacta, incluido un gran mural con la efigie del Ayatollah Jomeini. En el momento de producirse el incendio no se encontraba ninguna persona en la cancillería. A pesar del incidente, el trabajo en la Embajada continuó ayer, aunque para ello se habilitaron despachos en la residencia del embajador.
José Caballero, reportero gráfico del diario deportivo Marca, que llegó al lugar del suceso instantes después de declararse el incendio, pidió autorización a la Guardia Civil que presta servicio de vigilancia en la Embajada para realizar fotografías. Caballero aseguró que nada más lanzar el primer flash se abalanzaron sobre él varias personas, entre las que se encontraba el embajador, que le empujaron y le arrebataron la cámara.
Caballero, que ayer trabajó como un día más en su periódico, explicó que logró salir de la Embajada gracias a la ayuda de la policía aunque tuvo que esperar casi, tres horas para que le devolvieran la cámara. Un portavoz de la Embajada negó que se hubiera producido ninguna agresión."Ese señor se introdujo en territorio iraní y fue amablemente invitado a salir", dijo. La misma persona calificó como "una agresión más al pueblo irani" la difusión de noticias sobre la expulsión del periodista.
Un hombre que aseguró hablar en nombre del Partido Democrático del Pueblo Iraní, reivindicó mediante una llamada telefónica a EL PAIS la autoría del incendio, y dijo que se dirigía contra el centro de espionaje iraní en este país, "para protestar por las ejecuciones y persecuciones en Irán".
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