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El acertijo de la caza

Provincias limítrofes llegan a disponer temporadas diferentes por discrepar en 24 horas

Cazar es este año un acertijo. Porque la temporada de caza 1985-1986 ha quedado regulada a través de 19 órdenes promulgadas por las comunidades autónomas que, por primera vez todas ellas, han tenido plena libertad para decidir cuándo y qué es lo que se podía cazar en sus territorios. El resultado ha sido el establecimiento en España de 16 épocas distintas para la caza menor, 19 para las aves acuáticas y 13 para la caza mayor, que hacen un total de 48 períodos para las principales especies cinegéticas. La falta de acuerdos ha sido tal que provincias incluso limítrofes no han sido capaces de fijar la misma temporada por 24 horas de diferencia. A partir de ahora el cazador tendrá que incorporar a su agenda de teléfonos los números de consejerías, departamentos y ministerios para informarse bien antes de salir al campo.

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Antes la caza era algo tan fácil que hasta los analfabetos podían echarse al campo sin temor a infringir la ley. Les era suficiente con saber que el segundo domingo de octubre se levantaba la veda. Era una tradición transmitida oralmente a través de las generaciones.Más tarde, pero siempre dentro de una normativa general, las provincias comenzaron a reivindicar el derecho a hacer excepciones a esa ley. Ya había que saber leer, porque si no se repasaba el Boletín Oficial del Estado cualquier día podía uno acabar en el cuartelillo: "¿Es que no sabe que aquí el conejo no se puede cazar hasta el tercer domingo?".

El cazador, siempre respetuoso con la ley porque la primera medida ante una infracción era la retirada de la escopeta, y por ahí sí que no pasa ninguno, permanecía alerta a finales de julio. "Oye, que ya ha salido en el BOE". Ese día, el BOE desaparecía de ministerios y secretarías. Hasta 40 páginas venía a llenar la orden general de vedas. Cada vez eran más las excepciones a la ley general, pero al fin y al cabo el cazador las tenía ahí todas juntas, a su vista. No tenía más que consultarlas cada vez que fuera a salir de caza.

Cada uno se hacía el calendario a su manera: "El 12 abre Toledo; el 13, Ciudad Real; el 20, Cáceres..." Y como colofón a la temporada, el mismo proceso pero a la inversa: "El 10 acaba en Salamanca, pero tengo hasta el 17 en Badajoz y hasta el 24 en Ávila..." El cazador, así, iba brincando de provincia en provincia, buscando alargar una temporada cada vez más corta.

Ahora, más difícil

Este año al cazador no se le obliga ya a leer, sino a tener también ordenador. Y además, a disponer de una serie de teléfonos confidenciales porque las llamadas a las centralitas resultan inútiles. El BOE ya no publica la orden general de vedas porque ya es competencia de las comunidades autónomas. Éstas las han ido publicando entre el 31 de mayo y el 12 de agosto. El cazador de una comunidad quizá se enteraba de cuándo salía la reglamentación de la suya, pero de la del vecino, ni por casualidad.

No quedaba otra solución que recurrir al teléfono. La llamada a la centralita resultaba la mayoría de las veces ineficaz: "Oiga, por favor, sólo quiero saber cuándo se puede cazar allí". "Le pongo". "Oiga, que llamo para saber cuándo levantan la veda". "Ese tema no lo lleva nuestra consejería".

Y es que no en todas las consejerías, o departamentos, o ministerios, que cada comunidad lo llama de una manera, la caza la lleva la de Agricultura. Puede ser competencia de la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Medio Ambiente, o de la Consejería de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente o del Departamento del Sector Primario.

Cuando el cazador logra dar con el despacho donde pueden facilitarle la información, la respuesta no varía: "Oiga, no voy a leerle yo ahora toda la orden de vedas". Si el funcionario es amable podrá facilitar, como mucho, el día en que se publicó en el boletín o diario de cada comunidad. En el País Vasco el problema se triplica porque existen tres órdenes, una dada por el Territorio Histórico de Álava, otra por el Señorío de Vizcaya y otra más por Guipúzcoa.

Una vez obtenidos todos los datos, el cazador los mete en un ordenador y después intenta comprender el galimatías. Dispone de 16 temporadas distinta para la caza menor (perdiz, liebre, conejo, becada), de 19 para la de aves acuáticas, de 13 para la caza mayor (venado, jabalí gamo y lobo), de tres para el corzo, de cuatro para la cabra, el muflón y el arruí y de dos para el rebeco.

La letra pequeña

Luego comprueba que en la mayoría de las provincias hay, como en los contratos, una letra pequeña: "Caza de la liebre, vedada en la Rioja Alavesa" o "becada en la zona norte, hasta el 2 de marzo". Casi todas las provincias tienen alguna prohibición. El cazador nunca podrá tener así la seguridad de actuar respaldado por la ley.

Si, además, echa cuentas, es peor. Porque comprueba que si allí puede cazar los jueves, allá no. Y descubre que con esto de la limitación de los días hábiles, en Murcia y Teruel, que son ejemplos concretos, sólo se puede cazar 18 días al año.

Únicamente en Albacete, Cantabria, Guipúzcoa y Vizcaya se puede cazar todos los días. En las restantes provincias la caza se reduce a unos días determinados. Estos son los siguientes.

Domingos y festivos: Murcia y Teruel. Jueves, domingos y festivos: Álava, Asturias, Ávila, Badajoz, Barcelona, Burgos, Cáceres, Ciudad Real, La Coruña, Cuenca, Gerona, Guadalajara, Huesca, León, Lérida, Lugo, Madrid, Málaga, Navarra, Orense, Palencia, Pontevedra, La Rioja, Salamanca, Segovia, Soria, Tarragona, Toledo, Valladolid, Zamora y Zaragoza. Sábados, domingos y festivos: Almería y Sevilla. Jueves, sábados, domingos y festivos: Alicante, Cádiz, Castellón, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén y Valencia.

Rafael Notario, jefe de la sección de Ordenación de Recursos Cinegéticos del Icona (Instituto para la Conservación de la Naturaleza), ha recopilado, a título particular, toda la información procedente de las comunidades autónomas sobre la temporada de caza 1985-86. Sobre la base de su trabajo se ha confecciona do el mapa en el que se indican Pasa a la página 42

El acertijo de la caza

Viene de la página 41 los periodos de caza menor, mayor y acuáticas en cada provincia.

Además de estos periodos de caza hay otros que afectan a las restantes especies de caza mayor y que son los siguientes. El corzo se puede cazar hasta el 27 de octubre en Guadalajara, Lugo y Orense; hasta el 3 de noviembre, en Asturias, Ávila, Burgos, Cantabria, Córdoba, Granada, Huelva, Huesca, León, Madrid, Málaga, Navarra, Salamanca, Segovia, Sevilla, Soria, Teruel, Toledo, Zamora y Zaragoza; y hasta el 17 de noviembre, en Palencia.

Laberinto cinegético

En cuanto a la cabra, muflón y arruí, se puede cazar hasta el 1 de diciembre en Castellón, Ciudad Real, Madrid, Tarragona y Valencia; hasta el 8 de diciembre, en Almería, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén, Málaga y Sevilla; hasta el 15 de diciembre, en Ávila, Murcia y Salamanca; y hasta el 1 de mayo, en Cáceres.

Y por lo que se refiere al rebeco, su caza está permitida hasta el 3 de noviembre en Asturias, Barcelona, Cantabria, Gerona, Huesca, Lérida y Palencia; y hasta el 15 de diciembre, en León.

Este laberinto cinegético se produce a consecuencia de las decisiones que toman los Consejos Provinciales de Caza de cada autonomía. Hasta este año estaban formados por el gobernador civil, el jefe provincial del Icona, sociedades de cazadores, titulares de cotos y representantes de diversos ministerios. Ahora se comienzan a producir cambios en ellos, pero la mayoría se han reunido todavía para decidir lo que creen mejor para la caza en su provincia bajo el antiguo organigrama.

Las decisiones que toman son prácticamente soberanas y no hay ningún organismo superior que intente unificar criterios. De ahí que recopilar, ordenar y comprender la orden general de vedas se haya convertido en un auténtico acertijo para el cazador. De no dar con la solución correcta, lo mejor es quedarse en casa para evitar disgustos.

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