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Karpov y Kasparov, vidas paralelos

Leontxo García

Los estudios biográficos realizados sobre Karpov y Kasparov reflejan ciertas características comunes en sus vidas, iniciadas en una difícil infancia que cimentó un gran espíritu de lucha. En este tipo de enfrentamientos, los jugadores también luchan contra los defectos de su propia personalidad, y la capacidad de autocontrol resulta decisiva. Campeón y aspirante disputarán hoy la duodécima partida, ecuador del campeonato. Se encuentran empatados a 5,5 puntos.

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Los primeros años de la vida de Karpov estuvieron marcados por graves problemas de salud. Uno de los doctores que atendieron entonces al pequeño Anatoli dudaba incluso de que pudiera llegar a la edad adulta. Las mujeres de la familia casi nunca se apartaban de su lado.Karpov aprendió a jugar al ajedrez a los cuatro años, viendo las partidas de su padre, con el que pronto empezó a practicar. Pero en seguida surgió un problema: el niño lloraba terriblemente cuando perdía. Su padre le amenazó con no volver a jugar si persistía en esa costumbre. La madre, Nina Grigorieva, llegó a retirar el tablero y las piezas de la habitación. "Pero pronto tuve miedo y se las devolví. Yo le veía mirar al techo y comprendía que las piezas de ajedrez seguían saltando dentro de su cabeza", dijo años más tarde a los periodistas.

Cuando los principales cazatalentos del ajedrez soviético tomaron contacto con Karpov, su impresión fue muy negativa. Mijail Botvinik, ex campeón mundial y primer entrenador de Kasparov, dijo del joven Anatoli: "Karpov no entiende absolutamente nada de ajedrez".

Por su parte, el gran maestro Gufeld, actual entrenador de la campeona mundial, Maia Chiburdanidze, fue igual de categórico: "Este muchach9 nunca será gran maestro. Es demasiado delgado". Sólo el que luego fue su entrenador, Furman, opinó de manera diferente: "La naturaleza no ha dotado a Karpov de un fisico poderoso, pero le ha dado a cambio una notable fortaleza de espíritu".

Voluntad de hierro

Cuando Furman murió, en 1976, su discípulo ya era campeón del mundo. Sus más encarnizados rivales desde ese momento, Kotchnoi y Kasparov, han afirmado repetidamente que la fuerza de voluntad y el espíritu de lucha de Karpov son enormes. Su biógrafo, Roshal, vio además un gran deseo revanchista, no sólo en el ajedrez, sino incluso en sus pasatiempos, como el billar o el bridge, asiduamente practicados por Karpov.La infancia de Kasparov también estuvo presidida por los problemas de salud . Su padre murió cuando el niño tenía ocho años, lo que constituyó un fuerte trauma para Gari. Su madre, Clara Kasparova, vio en el ajedrez, que el niño había conocido viendo las partidas entre sus padres, la salvación de su hijo, y le ingresó en la escuela de Botvinik, que poco tiempo después definió así a Kasparov: "Sus condiciones y su memoria son excelentes, y su instinto para el juego de combinación recuerda al gran Alekhine".

El lema de Kasparov durante toda su vida es el que le inculcó su madre desde muy pequeño: "Tienes que esforzarte al máximo en todo. Si no, jamás lograrás un gran objetivo". Esto se comprueba en la desmedida afición por el deporte: corre los 100 metros en 12 segundos, además de practicar el salto de altura, el fútbol, la natación, el ciclismo y el hockey sobre hielo.

El maestro de ajedrez y periodista español Pablo Morán afirma en un libro recientemente publicado: "La característicia más acusada del juego de Kasparov es su voluntad de vencer, y para ello no duda en crear complicaciones a cualquier precio".

Su salto a la fama ocurrió de manera curiosa: en 1979, los organizadores yugoslavos pidieron un representante soviético para el torneo de Banja Luka, donde competían 14 grandes maestros. No les hizo ninguna gracia que enviaran a Gari Kasparov, un muchacho casi desconocido. Pero las protestas yugoslavas fueron tajantemente acalladas por la Federación Soviética: "O aceptáis a Kasparov o no hay representante de la URSS en vuestro torneo". Dos rondas antes del final, Gari ya se había asegurado el primer puesto.

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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