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Enedina Lloris

La soprano descubierta en 'Doña Francisquita' aspira a "vivir del canto"

Madrid ha descubierto una nueva estrella de la lírica con la reposición de Doña Francisquita. El triunfo de Enedina Lloris en la inauguración de la actual temporada de zarzuela le ha proporcionado un espaldarazo, quizá definitivo. La joven soprano, que reconoce que entró "en el canto por casualidad, como una excusa para poder terminar la carrera de música en el conservatorio", y que debutó hace tan sólo dos años, se presentará próximamente en el Liceo de Barcelona, junto a Alfredo Kraus, en Los cuentos de Hoffmann.

No hace muchos años que Enedina Lloris abandonó el conservatorio de Valencia, la ciudad en donde nació, tras terminar una carrera de música en la que escogió la voz como el instrumento obligado. "Había comenzado con el piano, pero a medida que iban avanzando los cursos se me hacía más difícil dedicarle el tiempo necesario, así que, como en las enseñanzas obligan a elegir el estudio de un instrumento, lo cambié por la voz, aunque por aquel tiempo la mía no tenía nada de particular". Sin embargo, sus lecciones con Martínez Lluna y Berenguer Estela fueron sacando una voz y desarrollando los registros con tal claridad que la joven, se sintió tan atraída por aquel arte como para inscribirse en los cursos bienales de la Scala de Milán. "Parece mentira la poca ayuda que tenemos en España los que empezamos. De las 20 personas que estudiábamos en la Scala quizá yo era la única que no disponía de ninguna beca. Todos tenían ayudas de sus países, hasta los latinoamericanos; en cambio, para que yo estudiase, mi marido tuvo que dejar de hacerlo y ponerse a trabajar", comenta un poco dolida.Apenas acabados aquellos cursos se inscribió en los concursos italianos de Aureliano Pertile y Toti del Monte, con tal fortuna que venció en ambos y pudo debutar en Treviso en el papel de Carolina, de El matrimonio secreto, de Cimarrosa, para poco después volver a triunfar en el certamen catalán Francisco Viñas, donde además obtuvo el Premio Plácido Domingo al mejor intérprete español. Pero para Enedina Lloris los concursos representan sólo una etapa, ya que, dice, son mucho más agotadores que una representación, porque para ganarlos estás tú sola compitiendo frente al resto, y has de dar el cien por cien. Valen en un momento determinado para darse a conocer y como una garantía para los teatros, pero después basta".

Estos premios le sirvieron, efectivamente, para su debú en España, que tuvo lugar en Sabadell con Lucia di Lammennoor. Para Lloris es muy importante cantar las cosas que se avienen a su voz, y en este sentido reconoce que su filosofía de carrera se identifica con las de Alfredo Kraus o Teresa Berganza, a su modo de ver, quienes han seguido una línea más coherente. Su admiración por ellos abarca también aspectos como la técnica y la dosificación del esfuerzo. Su meta en el mundo lírico es "vivir del canto y hacer las cosas con la mayor dignidad que sea posible".

De entre los compositores, probablemente sea Mozart su preferido, mientras que en cuanto a papeles se queda en general con los cómicos, sin olvidar algunos dramáticos, como la Lucia. Enedina Lloris no se arrepiente de haber debutado a los 25 años, quizá algo más tarde que otros, porque ello le ha permitido conseguir una mejor preparación.

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