La disgregación del partido comunista español
Santiago Carrillo, el viejo comunista que luchó contra el general Franco en la guerra civil española, descendió a la calle junto a las banderas rojas del Partido Comunista de España, a finales de mayo, uniéndose a miles de pacifistas e izquierdistas.Mucho más atrás desfilaban otros comunistas, llevando las mismas banderas rojas; los dirigía Gerardo Iglesias, un antiguo minero que sucedió a Carrillo en la secretaría general del partido. La separación no era accidental. Carrillo e Iglesias no se llevan bien desde hace tiempo. Son, de hecho, enemigos declarados. ( ... )
Ha habido últimamente intentos de apertura de Carrillo a Iglesias, y de ambos a otros partidos comunistas, para formar una plataforma común a fin de iniciar una campaña contra el presidente Felipe González y sus socialistas en las elecciones parlamentarias de 1986. Pero ninguna de estas tentativas ha llevado a una real reconciliación. Por el contrario, estas aperturas parecen como desesperados gritos de advertencia de quienes conocen que no hay otra alternativa que unirse frente a un enemigo más poderoso.
El Partido Comunista de España, que convocó en un llamamiento a izquierdistas y liberales en los últimos años de la dictadura de Franco, está ahora dividido y disminuido ( ... )
Los analistas se muestran discrepantes sobre si el partido tiene alguna esperanza de mejorar su triste situación. El inmediato futuro promete poco más que conflictos, especialmente si Carrillo decide separarse del partido ( ... )
Las divisiones y las disputas proceden de los nulos resultados de los comunistas en las elecciones parlamentarias de 1982. ( ... )
Todos los indicios señalan que el partido no podrá mejorar en las próximas elecciones. Poco de esto podría predecirse en 1977, cuando el presidente Adolfo Suárez, el joven burócrata que eligió Juan Carlos I para llevar a cabo la transición de la dictadura a la democracia, decidió saltarse las objeciones del Ejército y legalizó al partido comunista para que participase en las primeras elecciones democráticas después de 40 años. ( ... )
Durante años, el régimen de Franco pintó a los comunistas como ogros, y muchos españoles se sorprendieron al descubrir que Carrillo era un hombre de buenas maneras, que profesaba admiración por el Rey, poseía un agudo sentido político y bastante desprecio por la Unión Soviética.
Carrillo puso en sordina su militancia partidaria y a menudo colaboró con Suárez durante la transición. Muchos analistas españoles creen que la cooperación de Carrillo fue uno de los factores que hizo la transición tan suave y sin conflictos mayores.
25 de septiembre
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