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Primera eliminatoria de las copas de Europa de fútbol

El Athlétic de Bilbao goleó gracias a los fallos del guardameta del Besiktas

Partido de globos y globeros. Mucho balón aéreo, mucho barullo y un portero, el turco, especialista en cantadas monumentales. De los cinco goles, sólo el de Sarabia merece ser recordado, pero será el segundo de Julio Salinas el que pase a los cronicones de efemérides locales: hace el número 100 de los conseguidos por el Athlétic en competiciones europeas.

La noche estaba confusa. Mucho patadón y demasiados rebotes, favorecidos por un balón excesivamente botón. En esto, Sarabia, que para eso está, saca de banda, le devuelve Argote, profundiza el de Gallarta hasta la línea de fondo, hace como que va a salir para afuera, pero recorta para adentro, se apoya en Julio, toca éste, recupera Sarabia, se centra esquiva a un contrario y cruza con el exterior de la bota izquierda sobre la salida del globero. Quede constancia.

Los turcos marcaban encima como lapas. Pero pronto explicó Dani, en dos recortes secos que dieron con los huesos del 3 turco en tierra, que eran duros de cintura y vulnerables en el cuerpo a cuerpo. El autogol de Zubizarreta, nervioso por la presencia de Muñoz o quizá simplemente deseoso de demostrar que no es menos que Arconada, retrasó, pero no evitó, el desenlace. Un gol en contra que, pese al valor doble de los goles en campo contrario y en caso de empate, se espera no llegue a tener influencia alguna.

La mayor profundidad de los rojiblancos, entre los que brillaron el empuje de Gallego y los envíos largos de Urtubi, propició las ocasiones que el meta visitante, con su tendencia al cante, se encargó de hacer fructificar.

Los goles fueron cayendo como brevas maduras.

Un impresionante chutazo, que repelió el poste, de Gallego en el minuto 54 y tres o cuatro remates de Dani, el más atento a los fallos de Zafer, fueron las mejores ocasiones del Athlétic de Bilbao en una noche que, por lo demás, careció de brillantez. Menos mal que Javier Clemente cuenta con el mejor suplente del mundo. Un tal Sarabia.

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