No habrá repercusiones inmediatas

El desastre del lanzamiento de los dos satélites a bordo del cohete Ariane no va a repercutir de forma inmediata en los planes de Telefónica, ya que, según fuentes oficiosas de la compañía, estos planes se habían previsto para que entraran en funcionamiento a medio plazo.Ni siquiera la parte del transpondedor (un canal o soporte que recibe los programas y, los reenvía a la Tierra) destinada a transmitir señales de televisión llevaba sello de urgencia, ya que las posibles cadenas privadas utilizarán la red terrestre actualmente existente, según han señalado fuentes administrativas.

España había firmado, a través de la Compañía Telefónica Nacional, la opción para alquilar un transpondedor del satélite. Los restantes transpondedores -hasta ocho en tiempos normales y cinco en momentos de eclipse- iban a ser alquilados por diferentes países miembros del consorcio Eutelsat (Organización Europea de Comunicaciones por Satélite).

La intención de Telefónica era utilizar el transpondedor para servicios de vídeo (especialmente videoconferencias), para televisión -posiblemente para un canal nacional- y otros servicios nuevos de transmisión de datos y telefonía.

Tampoco en los aspectos financieros España va a notar mucho el desastre, puesto que todavía no se había formalizado el último contrato de utilización; solamente se había firmado la opción de alquiler. No obstante, España deberá hacer frente a las cargas que se derivarán de este accidente de forma global a través de la cuota con la que se mantiene el Eutelsat. La participación española es del 4,64% de las cuotas financieras de la organización. La Compañía Telefónica, forma parte del Consejo Eutelsat puesto que ha firmado el acuerdo operativo.

Telefónica ha construído, por otra parte, una estación terrena de seguimiento de satélites en Armuña de Tajuña (Guadalajara).