La confederación británica de sindicatos retrasa la expulsión de la organización de técnicos
El consejo ejecutivo del Trades Union Congress (TUC), la confederación de sindicatos británicos, decidió en la madrugada de ayer retrasar la expulsión del segundo de los sindicatos más importantes de la organización, el de técnicos agrupados en la Unión de Trabajadores del Sector de Ingeniería (AUEW), acusado de haber recibido fondos del Gobierno para realizar una consulta a sus afiliados, contraviniendo las órdenes de la propia confederación.
Los dirigentes del TUC y de la AUEW, tras más de seis horas de reunión, adoptaron una fórmula de compromiso que permite evitar una ruptura espectacular en pleno congreso de la confederación británica que finaliza hoy. El sindicato de la electricidad había amenazado con crear una confederación rival con la AUEW si se producía su expulsión. El sindicatos de técnicos, con un millón de afiliados, se ha comprometido a realizar en el próximo mes de noviembre una nueva consulta a sus miembros sobre si mantienen su voluntad de seguir aceptando fondos del Gobierno, advirtieindo que, en caso de que la consulta resultara afirmativa, ello significaría su expulsión del TUC.El secretario general de la confederación, Norman Willis, declaró ayer que "éste ha sido un gran día para el TUC y una victoria del buensentido y del sindicalismo". Sin embargo, fuentes sindicales mostraron ayer sus dudas de que la crisis hubiera quedado resuelta y subrayaron que había sido el TUC el que había hecho las mayores concesiones aceptando que sean las bases quienes decidan si aceptarán nuevos fondos en el futuro y dejando la última palabra al sindicato de técnicos, además de permitirle que se quede con los fondos que ya ha recibido.
Nuevo pronunciamiento
Esta impresión viene respaldada por la sensación existente en medios sindicales de que los militantes de la AUEW volverán a pronunciarse a favor de aceptar las subvenciones del Gobierno. De ser así, la ruptura del movimiento obrero' británico será inevitable. únicamente se habrá retrasado unas semanas.Por otra parte, Neil Kinnock, líder del Partido Laborista, trató de evitar que el TUC votara el reembolso por parte de un futuro Gobierno laborista de los gastos y sanciones económicas que tuvo el sindicato minero durante la larga huelga del pasado año. El dirigente minero Arthur Scargill se había dirigido momentos antes al congreso exigiendo en un agresivo discurso que la TUC aprobará pedir la devolución de las pérdidas,ocasionadas a la organización.
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