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Sala Amat suspende pagos y declara un pasivo de 1.613 millones

Andreu Missé

La empresa Ingeniería y Construcciones Sala Amat, SA, presentó ayer expediente de suspensión de pagos declarando unas deudas de 1.613 millones de pesetas y un activo de 3.107 millones. La firma, que inició su actividad en 1930, es una de las empresas más importantes del sector de la construcción en Cataluña, especializada en la ejecución de obras públicas. Las acciones de la sociedad fueron admitidas a cotización oficial en Bolsa en 1980 y el volumen de ventas, en 1984, superó los 5.500 millones de pesetas.El principal componente del activo, según el balance de situación, es la cuenta de clientes deudores a la empresa, que asciende a 1.933 millones de pesetas, que por sí sola ya supera el pasivo declarado. Otras partidas importantes del activo son las existencias, 356 millones de pesetas; inmuebles, 347; maquinaria e instalaciones, 222; efectos a cobrar, 82; mobiliario y equipos de oficinas, 62, y acciones en cartera, 43. El número total de acreedores supera los 1.500, incluidos los trabajadores, a los que se adeuda 37 millones de pesetas.

La empresa, que durante la década de los setenta contaba con una plantilla superior a los 1.000 trabajadores, inició una fuerte reconversión, en 1980, con un expediente de regulación de empleo que, representó una drástica reducción del número de empleados.

Clientes morosos

Según la memoria presentada en el expediente de suspensión de pagos, "los incumplimientos y morosidad en las fechas de pago de nuestros clientes, en contratos rigurosamente cumplidos en calidad, precio y plazo, han influido decisivamente en la presentación de este expediente", circunstancia que está afectando por igual a todas las empresas del sector.

En este sentido, se subrayan los importantes retrasos en los pagos de las obras públicas efectuadas tanto para la Administración central como para las comunidades autónomas. La memoria recoge un informe de Seopan (Empresas de Obras Públicas de Ámbito Nacional), según el cual las empresas financian en estos momentos el 41,7% de la obra pública en ejecución, llegando al 62,8% en las comunidades autónomas.

Entre este tipo de incumplimientos destaca la morosidad en el pago de las obras del hospital Oncológico de Cataluña. Los trabajos concluyeron en 1983, pero a la constructora todavía se le adeudan 130 millones de pesetas, la mayor parte en letras aceptadas, vencidas e impagadas.

La viabilidad del hospital Oncológico dependía de un consorcio que no se llegó a constituir, en el que debían participar la Generalitat y el patronato fundador del hospital. La falta de recursos económicos de la Generalitat y de flexibilidad del patronato han impedido la creación y funcionamiento del consorcio que debía permitir el funcionamiento del hospital.

Otro percance que agudizó la crisis de la empresa ha sido el de la Unión de Propietarios de Pedralbes, que ha precisado una sentencia del Tribunal Supremo, tras 10 años de litigio, lo que ha representado importantes pérdidas por los retrasos en los pagos.

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