Miguel Salamanca,
propietario de un bar en La Laguna (Tenerife), ha sido el inventor de la idea de confeccionar el bocadillo más largo del mundo en un barrio de este municipio, Bajamar, que diez años antes fuera ya escenario del récord de paellas gigantescas y de resistencia musical a cargo de Los Sabandeños. La nueva idea acaba de ser puesta en práctica por la comisión de fiestas para atraer el turismo e inscribirse en el Guinness. El bocata, de 104 metros de pan y varios centenares de kilos de chorizo, mortadela y jamón, sirvió para que cerca de 15.000 personas merendasen el pasado jueves.
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