El Madrid ensayó en Elche el marcaje al hombre
ENVIADO ESPECIAL El Madrid ganó su primer partido de la pretemporada el jugado en León, contra la Cultural, 23, no sirve como referencia provechándose bien de la inferioridad numérica del Elche, que actuó todo el segundo tiempo con diez jugadores porque a un paraguayo que está a prueba le dio por demostrar su capacidad para el deporte pugilístico. El codazo de Sandoval a Michel dejó el encuentro visto para sentencia. Con anterioridad, la nota más positiva del equipo de Molowny había sido su capacidad de sufrimiento y de aguantar las tarascadas de su adversario.
Molowny no quiere claudicar a menos que sus jugadores no le respondan, a lo que proyecta antes del 1 de septiembre. El técnico madridista pretende que su equipo actúe con mentalidad abierta, ofensiva, pero exige como contrapartida sacrificio en el marcaje. El Madrid de anoche, en Elche, jugó al hombre, es decir, al marcaje individual desde la media para atrás. Todos tuvieron que perseguir a sus rivales. Como el sistema presionante de conjunto, a bloque, se le atraganta a las características de los jugadores madridistas, la salida que le ha quedado como nueva prueba a Molowny fue la de ese sacrificio individual de sus pupilos, táctica poco utilizada por los denominados equipos grandes, que prefieren actuar en zona, conscientes de su superioridad técnica.
Si el Madrid del primer tiempo, que es el único con capacidad de análisis del partido de ayer, por la expulsión de Sandoval, pasó con aprobado alto su asignatura pendiente del control en los marcajes, no puede decirse lo mismo en lo que atañe a sus posibilidades de ataque. Butragueño sólo pudo dejar destello de su clase en el segundo período, bien lanzado por un Juanito a sus anchas, con plena libertad de movimientos; Valdano recordó al rematador de la anterior temporada en un precioso cabezazo, segundos antes de ser sustituido, y Hugo Sánchez recibió continuas brusquedades de la defensa ilicitana y estuvo a punto de marcar su primer gol como madridista en una bolea que salvó Miguel, aunque el mexicano pudo lucir luego ante sus paisanos, gracias a Televisa, su voltereta.
Maceda y Gordillo tuvieron suerte distinta. Maceda mejoró sus flojas actuaciones del Teresa Herrera y anoche comenzó a mostrarse con mayor seguridad, aplomo y hasta rapidez en el cruce -realizó uno perfecto ante Belancho, cuando el centrocampista se iba en solitario frente a Ochotorena, otro de los destacados- Gordillo, fuera de forma, volvió a mostrarse tan voluntarioso como desacertado. El ex bético necesita un tiempo para superar sus carencias físicas.
Hasta que marcó Butragueño, los delanteros madridistas llevaban prácticamente cuatro partidos sin haber hecho alarde de lo que puede esperarse de un ataque teóricamente de lujo. Resultó curioso comprobar ayer cómo el equipo de Molowny ha mejorado estratégicamente y, sobre todo, hay que insistir que en su capacidad de sufrimiento, mientras las piezas del rompecabezas que a principio de temporada parecían las más claras para que Molowny acertara a encajarlas no acaban de funcionarle. En cualquier caso, este Madrid que juega abierto, arriesgando, con Chendo en el centro del campo, en una espléndida misión de desdoblamiento y marcaje, y con dos marcadores como Sanchis y Camacho por delante de Maceda, debe mejorar aún para ofrecer una imagen de mayor solidez.
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