La moto del futuro se presentó en Le Mans
Los aficionados trataban de colocarse en su camión-tienda. Los periodistas intentaban conseguir la mayor información posible en torno a ella, y cuando solicitaban determinados datos, la respuesta más habitual, sobre todo entre los mecánicos, era un simple "Yo no sé nada... A mí que me registren... Esto es top secret". Los pilotos eran, sin duda, los menos inquietos por el fenómeno ELF 2, que así se llama la revolucionaria máquina presentada el pasado domingo en el Gran Premio de Francia de motociclismo, que se corrió en el circuito de Bugatti, en el interior del tradicional trazado de Le Mans.
Los pilotos son conscientes de que aquel aparato "puede" ser la novedad del futuro, pero que todavía está muy lejos de codearse con las tradicionales Honda del norteamericano Freddie Spencer o las Yamaha de su compatriota y actual campeón del mundo Eddie Lawson. La ELF 2, que continúa en manos del piloto francés Christian Le Liard, obtuvo la plaza 24 en la parrilla de salida de la prueba reina de 500cc., con un tiempo de 1.39.46, a seis segundos del cronómetro de Spencer (1.33.47).Está claro que nadie en ELF pensaba ganar la carrera, ni siquiera subir al podio. Estaban allí para demostrar que la máquina ha experimentado importantes mejoras y, fundamentalmente, para que el mundo del motociclismo no piense que aquel proyecto que se puso a caminar un día de 1977 había sido abandonado. Desde aquel año hasta hoy han cambiado muchas cosas, y los diseñadores, ingenieros, mecánicos y pilotos han invertido muchísimas horas.
Todo empezó de la mano de uno de los ingenieros más cotizados del mundo del motor, André de Cortange, un antiguo piloto de resistencia, que llegó a conseguir la tercera plaza, junto a su compatriota Patrick Depailler, en los 1.000 kilómetros de Monza, con un Alpine Renault 2 litros. De Cortange, que más tarde tuvo íntima relación con el nacimiento del motor Turbo de Fórmula 1, e incluso ha tenido una importante intervención en la formación y diseño de ese bólido rodante que es el Peugeot Turbo 16 -líder indiscutible del Campeonato del Mundo de Rallies-, decidió un día que el futuro estaba en las motos, un campo en el que se podían aplicar muchas de las novedades del mundo de las cuatro ruedas.
La primera ELF nació en 1977 y fue una máquina construida para correr en el Mundial de resistencia. Estuvo en manos del francés Michel Rougerie e iba equipada con un motor Yamaha de 750cc., de cuatro cilindros y dos tiempos. Pero cambiaron los reglamentos del campeonato de resistencia y aquella moto murió junto a la fórmula 750. El equipo siguió experimentando durante varios años, hasta que en la carrera reina de la resistencia, el Bol d'Or, que se corre en Le Mans, volvió a aparecer, esta vez de la mano del francés Christian Le Liard y del italiano Walter Villa con un motor Honda de 1.000cc., muy desarrollado por los ingenieros de la ELF. Pero de nuevo los reglamentos les jugaron una mala pasada y, justo cuando la moto estaba a punto para presentar batalla, cambiaron las normas del campeonato.
Cansados de estos problemas, el equipo ELF decidió construir una máquina de velocidad de 500cc. La nueva moto fue presentada en 1984, en el circuito francés de Paul Ricard, en un gran despliegue de promoción, con proyección de vídeos en torno a las características -que no secretos- de la máquina.
El pasado 27 de mayo, el equipo ELF realizó ensayos secretos en el circuito italiano de Mugello, donde Le Liard obtuvo registros comparados con la Honda convencional, pues hay que tener en cuenta que la ELF 2 va equipada con el motor Honda estándar, es decir, algo inferior al que equipa a la Honda de su compatriota y compañero de escudería Didier de Radigues, que en Le Mans obtuvo el octavo mejor cronómetro de los entrenamientos, con 1.36.06. Todo el mundo concede gran importancia al hecho de que Le Liard haya nacido con el proyecto, pues él es, sin duda, el hombre que mejor conoce el comportamiento de la moto.
Una moto más precisa
Le Liard, un hombre amable y cordial que no cesó de responder a cuantas preguntas se le hicieron y que se pasó los cuatro días del Gran Premio recibiendo a periodistas en el taller de la ELF, comentó que "esta moto es mucho más precisa a nivel de conducción, más viva de reacciones y muy rígida, lo que significa que tienes que estar habituado a sus características pues le afecta cualquier anomalía del trazado". Para Le Liard "una de las características de esta máquina es su extraordinaria aerodinámica totalmente nueva".
La moto está llena de innovaciones, y algunas pueden considerarse como auténticamente revolucionarias. En este sentido, el hecho de que el motor sea utilizado como chasis parece una de sus características. "En efecto", comenta Le Liard, "en todas las motos el chasis es normalmente portante de motor. En ésta el motor cumple funciones de chasis con lo que se elimina peso, aunque es necesario hacer el motor más robusto". El depósito de combustible está colocado debajo del motor, y donde las otras máquinas tienen ubicado el depósito ésta coloca un radiador que posee una toma de aire en la rueda delantera". "Los discos", dice el piloto de la ELF 2, "son de fibra de carbono como en algunos bólidos de Fórmula 1, y no de acero como en el resto de motos de carreras".
Los ingenieros del equipo francés están ahora preocupados con el peso de la moto, pues en estos momentos es de 127 kilos, mientras la Suzuki de Sito Pons pesa 118 y la Honda de Freddie Spencer no llega a los 110. Para quitarle 10 kilos de encima intentarán sustituir próximamente los dos brazos de suspensión delantera y los anclajes de la suspensión trasera por piezas de carbón y no de fundición. "La moto posee una geometría estable que facilita la conducción, siempre y cuando estés habituado a ella", dice Le Liard. En efecto, al utilizar el motor de chasis y poseer anciajes y suspensiones especiales, la moto no se comporta en carrera al igual que el resto de máquinas. Cuando el piloto de las convencionales acciona el freno delantero la moto se hunde delante, y cuando presiona el trasero experimenta un fenómeno contrario. La ELF 2 se comporta en este sentido igual que un coche, no se hunde ni delante ni detrás, tiene un comportamiento neutro y sube y baja paralelamente al suelo. "Es una gran moto y no cabe duda" termina diciendo Le Liard, "que todos los que estamos en este proyecto pensamos que algún día todas las motos se harán así".
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