MÉTODO DIRECTO
Si no quiere complicarse la vida, las únicas sugerencias posibles son: la caza y captura del topo (con azada o con cepos, siempre es cruel y dificilísima); la aplicación de cebos vivos (lombrices) con estricnina, fluosilicato de bario o fosfuro de zinc (tarea compleja y muy peligrosa, y no siempre coronada por el éxito), y la utilización de cartuchos fumígenos (difíciles de encontrar y nada recomendables por su complicado manejo y su peligrosidad). Caso de convertirse en una auténtica plaga que fuese más que molesta, mi consejo sería acudir a una empresa especializada que se encargara de los tratamientos oportunos: caros y no infalibles, como puede comprenderse por todo lo dicho.
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