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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La crisis de las orquestas

Nos decepcionó, como músicos, la lectura del editorial Ensayo de orquesta, por una cierta sobredosis de tópicos y conclusiones precipitadas, lo que contrasta con la seriedad con que EL PAÍS suele cuidar dicho espacio. Es cierto que es poco halagüeña la situación de la música en España, pero son otras razones, y no la calidad de sus orquestas, las que nos llevan a tal afirmación. Son muchos los sectores profesionales dentro del ámbito cultural -incluida la Prensacon los que podríamos llegar a la misma conclusión, lo que demuestra que la calidad de nuestras orquestas guarda equilibrio respecto al contexto cultural de nuestro país, que en su conjunto es ciertamente poco halagüeño.Resaltaba en dicho escrito un reiterado empeño en poner en entredicho la calidad de las orquestas estatales. El reciente concierto conmemorativo del vigésimo aniversario de la Orquesta de RTVE supone un rotundo mentís a cualquier duda sobre su calidad, tanto más meritoria por la sanción con que se ha castigado a sus músicos (absolutamente injusta desde la perspectiva de quienes vivimos la problemática musical). Las declaraciones de su delegado general a este periódico (21 de abril), hubieran supuesto su cese fulminante en cualquier país con mayor tradición musical que el nuestro, y son por sí solas merecedoras de un editorial que podría ayudar a comprender mejor ciertas crisis sin necesidad de buscar sus causas en los conservatorios, horarios de los ensayos o en épocas pasadas.

Lo que más nos sorprende es que se pueda culpar del mal funcionamiento de las orquestas al hecho de estar bajo el amparo estatal, por ortopédico que le parezca al editorialista. La idea de que pudieran subsistir en nuestro país orquestas sinfónicas privadas es quimérica, y la Administración posee medios para "desencorsetarlas burocráticamente", como son los entes autónomos o los patronatos, pero para ello deberían estar bien potenciados económicamente, y sobre todo bien gestionados. Lamentablemente, no sucede ni lo uno ni lo otro, porque el verdadero corsé que tiene la cultura en nuestro país consiste en que se mueve dentro de cotas de auténtica miseria, y paradójicamente, quienes están encargados de su tutela se dedican a airear públicamente y sin ningún rubor "lo caro" que resulta el mantenimiento de los organismos culturales.La cultura puede parecer cara. Pero es la incultura la que está llevando poco a poco a este país a su ruina-

y cuatro miembros más de la comisión de músicos de la Orquesta Ciudad de Barcelona. .

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