Talones
Los cheques, en España, existen, pero son algo así como inmigrantes indocumentados; ya sé que esto es una costumbre, tan respetable como lo son todas esas especias. Vale. Gracias a esta buena costumbre, a mí, en el último mes, me han tratado de ladrón así como docena y media de veces. Eso sí, con discursos, caras y ademanes dignos de una ursulina de plástico: "Yo no lo digo por usted, pero lo corriente es que la gente te pague con un cheque, y vas y no tiene dinero en su cuenta corriente".Y cada vez que me he estrellado de bruces ante un guarda jurado de la buena conducta social, se me ha consolado con sonrisas melodemagógicas al anunciarme que "no hay problema ninguno si usted paga con una Visa" o con alguno de esos rectangulitos homologados con la llamada pela. Lo que hasta el día de hoy nadie me ha pedido es que le regale un libro de Gustavo Adolfo Bécquer, del que, por si las moscas, merqué media docena en la reciente feria del libro antiguo.
Hay que comprender a los tenderos, a los hoteleros y a la Santísima Virgen de los Remedios, si es que existe; ¿pero no son un riesgo para la vida, tan corta y tan regateada ahora con eso de la píldora, desde las autopistas hasta los caminos vecinales, pasando por los zapatos que aprietan de estreno, sin olvidar los rascacielos tan altos, y etcétera, riesgos potenciales todos ellos para el funcionamiento económico-social de la libertad, y tal y cual? Puestos a desbrozar la vida de riesgos, nos podríamos quedar desnudos, y esto sería un riesgo total; incluso el SIDA podría vengarse, aunque fuese pagando con Visa.
España, de momento, es una cuenta al descubierto, pero no sólo de dinero contante y sonante, si no de esos flecos imprescindibles para echar una cana al aire con gusto, con regusto, en el terreno de juego del desarrollo. El Gobierno predicador del momento y las Cámaras tan preñadas de sabiduría, en un sobresalto de cachondeo tecnológico, deberían promulgar una ley anticheques con fondos. Y a reglón seguido procedería un suicidio colectivo de los individuos esos.
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