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Reportaje:

El Estado pagó 53.000 millones de pesetas por el seguro de cambio de autopistas en el pasado ejercicio

El Estado pagó, durante 1984, 53.000 millones de pesetas a las sociedades concesionarias de autopistas para cubrir el seguro de cambio del endeudamiento exterior en que incurrieron a lo largo de su construcción. Este desembolso, en opinión de la delegación del Gobierno en estas sociedades, "constituye una auténtica subvención encubierta", porque no aparece en los balances de las sociedades y permite que "presenten resultados positivos, e incluso que repartan beneficios en ejercicios en los que la cuenta de resultados arrojaría saldos negativos si se hubiera imputado el coste del seguro de cambio".

La construcción de autopistas, mediante concesiones de explotación a sociedades privadas que se encargaban de su construcción, fue uno de los pilares de las "grandes obras" que se realizaron bajo el auspicio del Estado hace ahora más de dos décadas. En un primer momento se consideró sector prioritario y las cajas de ahorro tenían que incluir entre sus inversiones obligatorias una parte de la financiación de estas costosas construcciones.La liberalización del sistema financiero excluyó esta forma de obtener financiación barata cambiándola por otra en la que el peso fundamental pasaba a recaer sobre el Estado.

Las empresas concesionarias de autopistas podían salir a los mercados exteriores en busca de financiación contando con el aval del Estado en una proporción fuerte de los empréstitos buscados y, lo que era igual de importante, con seguro de cambio para estas operaciones, lo que significa que las empresas concesionarias pagan exclusivamente el contravalor de las divisas obtenidas al tipo de cambio que regía cuando se obtuvo el crédito, poniendo el Estado la diferencia hasta la cotización en el momento del pago de los intereses y de la amortización del principal.

Desde 1977 el Estado ha pagado por el seguro de cambio más de 170.000 millones de pesetas, de las que 53.000 lo fueron en 1984 y casi 42.000 millones en el ejercicio de 1983. La devaluación de la peseta en diciembre de 1982, y la fuerte elevación del tipo de cambio del dólar provocaron estos fuertes desembolsos, junto a una política de endeudamiento exterior que solo miraba los tipos de interés.

Estas importantes cantidades de dinero que las concesionarias de autopistas reciben directamente del Estado, no aparecen en los balances de las sociedades. La deuda exterior de las autopistas ascendía a casi 400.000 millones de pesetas a finales de 1983, a precios históricos que se convertirían en unos 600.000 millones de pesetas si se aplicaran los tipos de cambios actuales.

Escasa viabilidad

Los resultados de explotación de las sociedades concesionarias de autopistas tienden a ser positivos en aquellos casos en que su explotación es viable -cuestión que no ocurre en todos- gracias en cualquier caso al seguro de cambio que tienen asegurado por ley. De otra forma, si tuvieran que aparecer en los balances los costes totales en que se incurre por el pago de la deuda externa como consecuencia de la depreciación continuada de la peseta, los números rojos no desaparecerían de sus balances.Es esta especie de subvención y el hecho de que la mayoría del capital de ACESA esté en la actualidad en el Fondo de Garantía de Depósitos por el plan de saneamiento de Bankunión, lo que movió a Obras Públicas a proponer la adquisición de este paquete por parte del Patrimonio del Estado para su integración en la Empresa Nacional de Autopistas (ENAUSA), de forma que una parte de los excedentes volvieran al sector público por la vía de disminuir las subvenciones de pérdidas de las autopistas del Atlántico y la astur-leonesa, que están integradas en ENAUSA para impedir quiebras o grandes trastornos patrimoniales en las sociedades financieras y no financieras que tenían la mayoría del capital.

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