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Los socialistas griegos consiguen una holgada victoria en las elecciones

El Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), del primer ministro Andreas Papandreu, se apuntó ayer una neta victoria, sorprendente por su volumen, sobre la oposición derechista Nueva Democracia en las elecciones legislativas celebradas en Grecia. A las dos de la madrugada de hoy (una de la madrugada, hora peninsular española), cuando se habían escrutado 5.689 de las 14.738 mesas electorales, los socialistas contaban con el 46,63% de los votos emitidos, frente al 40% de Nueva Democracia

La ventaja obtenida por el partido de Papandreu es suficiente para obtener la mayoría absoluta de escaños en el Parlamento unicameral de Atenas y poder gobernar en solitario, si estas proporciones se mantienen al finalizar el escrutinio. Los comunistas prosoviéticos (KKE del Exterior) contabilizaban el 10,09%, y los eurocomunistas (KKE del Interior), el 1,83%. La participacíón electoral fue del 77,49% de los electores.Las proyecciones efectuadas a la hora citada asignaban al PASOK 161 de los 300 diputados de la Cámara, 125 a la oposición que encabeza Constantino Mitsotakis, 13 al Partido Comunista del Exterior y 1 al del Interior, eurocomunista.

Los sondeos, efectuados durante la campaña otorgaban al PASOK una ventaja aproximada de tres puntos, pero la existencia de un porcentaje importante de indecisos convertía en posible incluso el triunfo relativo de Nueva Democracia, cuyas posibilidades parecieron aumentar a medida que se acercaba el día de los comicios. Todos los análisis consideraban que la lucha sería cerrada.

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Papandreu se asegura un nuevo mandato de cuatro para profundizar en el cambio

Viene de la primera página

La derrota de la derecha puede comprometer, a medio plazo, incluso el liderazgo de Mitsotakis, elegido al frente de Nueva Democracia el pasado mes de septiembre y que apostó por el liberalismo a ultranza para intentar derrotar al primer Gobierno socialista de la historia griega, cuyo titular, Andreas Papandreu se asegura un nuevo mandato de cuatro años, para profundizar en su programa de cambio.

El partido comunista del Exterior no pudo lograr su objetivo: evitar que uno de los dos grandes partidos obtuviese la mayoría absoluta de escaños en el Parlamento, para encontrarse así en situación de forzar al PASOK a un acuerdo, no necesariamente de Gobierno, en torno a un programa mínimo común. Los dos partidos comunistas han experimentado descensos notables respecto a las elecciones al Parlamento Europeo, celebradas el 17 de junio del año pasado, y los prosoviéticos incluso en relación a los comicios legislativos de 1981.

Votos viajeros

El retroceso ha sido de más de tres puntos y parece lógico pensar que todos esos votos han viajado en bloque hacia el PASOK para cortar el avance de la derecha.

Los eurocomunistas tendrán una voz en el Parlamento, y se dejará oír porque no es una voz cualquiera, sino la de una orador excepcional, y un político de honradez y autoridad moral por encima de toda sospecha, la de su secretario general, Leónidas Kirkos. En cambio, la ultraderecha, representada por la Unión Política Nacional, EPEN, que logró el año pasado un eurodiputado y el 2,31 % de los votos, ha sido prácticamente barrido del mapa.

Sólo el 0,64 del electorado, atendió, un mensdaje que se centraba casi exclusivamente en la petición que fueran liberados el dictador Georgios Papadopoulos y sus compañeros de Junta Militar, que cumplen condena de cadena perpetua en la prision de Koridalos, en las afueras de Atenas.

Tres famosos han conservado su s escaños. La ex actriz Melina Mercouri, que era ministra de Cultura, número cinco de la lista del Pasok para los doce diputados "de Estado" (el Pasok ha conseguido seis); Amalia Fleming, viuda del descubridor de la penicilina, que ocupaba el tercer lugar de la primera lista socialista por Atenas; y el compositor Mikis Teodorakis, que ha ganado para el KKE del Exterior su único diputado de Estado.

"Eres y serás primer ministro", gritaban miles de partidarios del Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK), cuando Andreas Papandreu, eufórico y "seguro de conseguir una victoria arrolladora", acudió a votar en el barrio ateniense de Ambelokipi. "Ganaremos la mayoría absoluta en el Parlamento", aseguraba el líder de la derecha, Constantino Mitsotakis. Antes de los primeros datos había ya un ganador: la normalidad democrática.

La ausencia casi total de incidentes y la elevada participación caracterizaron una jornada en la que -según los dirigentes partidarios, pero no tanto en el sentir de la calle- Grecia, donde es obligatorio-acudir a votar, tenía que elegir entre dos modelos opuestos de sociedad.

En los colegios electorales -que abrieron al salir el sol y se cerraron al ponerse- se veía a enfermos, acompañados de familiares y a inválidos en sillas de ruedas. Nadie quería dejar de votar. Por las calles de Atenas, las ruidosas y coloristas caravanas dejaron ayer paso a los entusiasmos más reducidos.

Seguía la fiesta, con la memoria aún fresca de las tracas de los últimos mítines en la plaza de la Constitución (Sintagma), de las multitudes incalculables. Hoy es la resaca. La hora de limpiar esta ciudad y todas las demás. La hora de celebrar el triunfo o llorar la derrota en estas elecciones legislativas tan cruciales.

Asaltado por fotógrafos y periodistas, el jefe de Gobierno, que ha pedido cuatro años para profundizar su programa de cambio, aseguraba antes de conocer los resultados que el sentido de estas elecciones "está claro como el cristal para todo ciudadano griego: de un lado, la vuelta al pasado y la destrucción de todo cuando se ha conseguido; de otro, la democracia, el progreso y el humanismo".

Papandréu no quiso explicar si estaría dispuesto a cooperar con los comunistas. La misma mañana de la elección, surgió el rumor de que su rival Mitsotakis había asegurado que el primer ministro se entrevistó secretamente el viernes, con el líder del KKE del Exterior, Harilaos Florakis, de 71 años, para pactar un eventual desvío del voto comunista hacia el PASOK y -evitar así el triunfo de la derecha.

No fue Mitsotakis quien lo dijo, pero un miembro de Nueva Democracia, cercano a la dirección de este partido, aseguró a EL PAIS que le constaba que el encuentro se celebró. Fuentes del PASOK lo desmintieron rotundamente.

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