Controlada la crisis de las cajas de ahorro del Estado de Maryland

Por segunda vez en el espacio de dos meses, una crisis de confianza afecta, aunque esta vez de forma limitada y localizada, al sistema norteamericano de ahorro. Localizada, porque no afecta más que a un Estado, el de Maryland, y limitada, porque los bancos están al margen del problema, al igual que muchas cajas de ahorro y crédito del Estado.

A diferencia de lo ocurrido en Ohio el pasado marzo, ningún establecimiento de crédito y ahorro ha tenido que cerrar sus puertas. Ha bastado con que las autoridades de Maryland y las de la Reserva Federal limiten temporalmente en 101 instituciones las retiradas de depósitos a la suma de 1.000 dólares por persona y mes. En medios financieros norteamericanos no se muestran especialmente preocupados por este nuevo sarpullido de crisis que no pone en cuestión a la globalidad del sistema financiero estadounidense.

Una consecuencia de lo ocurrido ahora en Maryland es que las entidades de ahorro norteamericanas se están apresurando a conseguir la cobertura federal. El gobernador del Estado, Harry Hughes, ha manifestado que solicitará la legislación oportuna para obligar a todas las instituciones bancarias y de ahorro, muchas de las cuales cuentan con seguros privados para los depósitos, a que soliciten y obtengan la cobertura aseguradora federal.

La medida pretende impedir sucesos como los de Ohio, cuando la avalancha de ahorradores en demanda de sus depósitos obligó al cierre de 70 instituciones de dicho Estado, afectando la cotización del dólar.