Sobre Antonio Ramis

Quizá no sea yo el más apropiado para resaltar la figura de una persona ejemplar y a la vez de un socialista también ejemplar como fue el senador Antonio Ramis, pero sí considero que tengo la deuda moral, hacia aquellos que no le conocieron, de señalar, con la brevedad y la emoción que me embarga por su muerte, algunos rasgos de su perfil social y humano.Mi ya prolongada estancia en Madrid me ha dado la posibilidad de conocer personalmente a destacadas figuras de la vida política y económica nacional, y no falto a la sinceridad si digo que la figura de este senador -sin duda para muchos desconocido- fue de las que más me impresionaron. Su talante progresista y abierto, su extrema cordialidad, su constante voluntad de servicio y autoperfección y su marcada humildad eran algunas de sus virtudes fácilmente apreciables.

Antonio fue un socialista auténtico, de toda la vida y de un activismo loable. En algunas ocasiones me mostró su preocupación por el problema de la comunicación con sus lectores y con el pueblo en general; deseaba evitar el distanciamiento institucional a que, por necesidad, se veía en muchas ocasiones obligado. No fue nunca un dogmático radical, sino más bien todo lo contrario; su lucidez le hacía ir hacia posturas de conciliación, de apertura al diálogo y de sometimiento de sus ideas a múltiples reflexiones. El socialismo español está de luto y desde estas breves líneas quiero unir mi pesar a las múltiples manifestaciones de condolencia hacia su persona, señalando también mi agradecimiento por su labor, como ciudadano español y como amigo.-