El Gobierno del Reino Unido privatiza la compañía nacional de gas
El Gobierno del Reino Unido ha anunciado su intención de proceder a la venta al sector privado de la compañía nacional de gas, que tiene una cifra anual de negocios de 7.500 millones de dólares (1,35 billones de pesetas), 112.000 trabajadores y 16 millones de clientes. Aunque el ministro de energía se negó a dar una cifra del importe de dicha venta, el Tesoro británico espera conseguir unos 6.500 millones de dólares, e incluso una cifra superior que podría alcanzar los 9.500 millones de dólares.En el ejercicio 1983/84 la British Gas consiguió unos beneficios por valor de 1.200 libras esterlinas, equivalentes a 1.400 millones de dólares, de los que la mitad fueron directamente a las arcas del Tesoro por el impuesto energético.
El Gobierno británico ha conseguido hasta ahora unos 4.000 millones de libras con la venta de las acciones de 10 empresas públicas entre las que se encuentran British Aerospace, Jaguar y British Telecom, y espera conseguir otros 7.000 millones de libras en los próximos tres años con la venta de la compañía de gas, la nacional de autobuses, la empresa de combustibles nucleares, Rolls Royce y una parte de la empresa de acero.
La privatización de la compañía de gas es una de las operaciones más importantes decididas por el Gobierno de Margaret Thatcher y, en el sector energético su volumen solo es superado por la gigantesca British Petroleum, que el año pasado tuvo una facturación de 38.000 millones de dólares.
En medios financieros londinenses se asegura que esta nueva privatización supera a la realizada con la compañía nacional de teléfonos el pasado mes de noviembre y supone el ejemplo más claro de la política iniciada.
El Gobierno insistió ante la cámasra de diputados que se mantendrán unos niveles de seguridad apropiados, el control sobre las subidas de precios y que se evitará que la mayoría del capital de la compañía de gas pueda pasar a manos extranjeras.
Bajo el actual Gobierno se han puesto a la venta prácticamente todas las acciones de las empresas públicas y se da por seguro que si los conservadores volvieran a ser reelegidos para un tercer mandato el proceso de privatización podría llegar al servicio de correos e incluso al Banco de Inglaterra.
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