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José Recio consiguió llegar en solitario a Benidorm

José Recio logró en solitario la quinta victoria española en la Vuelta 85 y una compensación parcial a la firma que le paga, el Kelme, por su desastrosa actuación en los días anteriores. El colombiano Pacho Rodríguez y todo el Zor lo pasaron mal durante 60 kilómetros. Otro tanto ocurrió con Pedro Delgado, que sufrió una caída. El líder, Robert Millar, por el contrario, llegó plácidamente a la meta de Benidorm, sin perder ni ganar tiempo respecto a sus más directos rivales.

Para ganar una gran carrera por etapas no basta con ascender bien los puertos de montaña. Hay que saber rodar en el llano, moverse con agilidad en el pelotón y estar siempre atento a los movimientos del rival. Pacho Rodríguez, el colombiano del Zor, aprendió ayer esa lección. La letra no le entró con sangre, pero sí con sudor. Él y todos sus compañeros de equipo desgastaron sus energías para poder reintegrarle al grupo de los escogidos. Pacho estuvo a punto de perder todas sus posibilidades en esta Vuelta, pero, al final, todo se quedó en un gran susto.El calvario del colombiano se inició nada más darse la salida en Valencia. Hacía viento y no se percató de la peligrosidad del momento porque no sabe ir a rueda. Atacaron los hombres del Peugeot en colaboración con los del Skil-Kas, y Pacho Rodríguez se quedó cortado, lejos de un pelotón numeroso en el que figuraban todos los aspirantes al triunfo final, salvo Pedro Delgado.

Radio Vuelta iba cantando las diferencias, que se incrementaban más y más a medida que transcurrían los kilómetros, mientras Javier Mínguez, director del Zor, se ponía nervioso. Mínguez aceleraba y aceleraba su coche constantemente, charlaba con otros directores españoles y solicitaba su ayuda.

El Zor sólo tenía en la escapada buena a Rupérez y había que hacer algo. Mínguez ordenó a Rupérez que se descolgara del primer grupo para ayudar a Pacho y colaborar con el resto del equipo.

Rafael Carrasco, director del Kelme, puso a su disposición a sus hombres. Pero no era suficiente. Tuvo que ocurrir un hecho casi providencial. Pinchó el alemán Dietzen y todo el Teka se paró para reintegrarlo al lado de Millar. De esta circunstancia se aprovechó el Zor y la fusión se consiguió. Fueron 65 kilómetros de locura, recorridos en poco más de una hora.

Pedro Delgado tuvo menos suerte. Perico, que no iba en el primer grupo, sufrió una caída sin consecuencias graves, pero que le hizo perder mucho tiem po. Se quedó solo porque, aunque tenía la colaboración desinteresada de Greciano, Múgica y Zuñiga, necesitaba mucho más para recuperar el terreno perdido. Pero, al encontrarse nueva mente perseguidores y perseguidos, el ritmo del pelotón decreció y Delgado, que llegó a rodar con más de dos minutos de retraso alcanzó a todos en las primeras rampas del puerto de Rates.

La escapada de Recio

Fue precisamente en la ascensión del puerto de Rates donde comenzó a fraguarse la escapada definitiva de la etapa. Atacaron el colombiano Wilches, los franceses Pensec y Bernaudeau, Faustino Rupérez y el italiano Zola, pero fueron neutralizados. José Recio, el líder del Kelme, aprovechó el descenso para despegarse de un pelotón que ya estaba totalmente fraccionado.

La escapada de Recio no podía inquietar a los grandes de la Vuelta. De ser uno de los hombres importantes antes de tomar la salida, el ciclista del Kelme ha pasado a ser uno del montón, uno más en ese numeroso grupo de ciclistas anónimos que integran el pelotón y que están situados en la clasificación general a muchos minutos del líder.

Recio quería ganar, necesitaba la victoria para justificarse delante mismo, de los dirigentes de la casa que le paga -la firma Kelme es alicantina-, y sacó fuerzas de donde no tenía. Claro que contó con el beneplácito de la mayoría de los equipos españoles, especialmente del Zor. Pero el francés Dominique Garde no estaba para alianzas y salió en su persecución. Alfonsel, compañero de Recio, se fue para marcarle y a su rueda se pegaron Etxabe y Chozas. Garde no obtuvo ningún relevo y el sueño de Recio se hizo realidad.

"Sólo podía aspirar a un triunfo parcial en esta Vuelta, en la que todo me ha salido mal", declaró Recio en la línea de meta de Benidorm. A Pacho Rodríguez también estuvo a punto de salirle todo mal ayer. Robert Millar no desea llegar a la contra reloj de Alcalá de Henares con tan poca diferencia de tiempo con respecto al colombiano y a Pello Ruiz Cabestany y por eso intentó dar la sorpresa, junto a sus compañeros de equipo, que no suben bien, pero son excelentes rodadores.

Hoy podría ocurrir algo parecido. La etapa entre Benidorm y Albacete, de 208 kilómetros, tiene un perfil completamente llano y es ideal para que se produzcan cortes como el de ayer, máxime si hay viento. Lo único claro es que tampoco, habrá treguas. Esta edición de la Vuelta no ha tenido ni un solo día de relax y más de uno se pregunta de dónde sacan fuerzas los ciclistas, a quienes están vedados productos químicos que consumen para aguantar el tipo muchos de los que siguen la ronda cómodamente sentados en un coche.

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