Condenados a tres meses de prisión dos opositores polacos

Jacek Kuron, fundador del Comité de Autodefensa Social (KOR), y Seweryn Jaworski, ex presidente del sindicato ¡legal Solidaridad en los altos hornos Nowa Hutta de Varsovia, fueron condenados ayer a tres meses de cárcel por su participación en la contramanifestación organizada el Primero de Mayo por simpatizantes de los sindicatos independientes clandestinos polacos.

Kuron se encuentra bajo vigilancia médica en dependencias de la policía en Varsovia, ya que está aquejado de una crisis de hipertensión. Kuron y Jaworski encabezaron una manifestación demás de 10.000 personas que se formó el pasado miércoles tras una misa celebrada en la iglesia de San Estanislao en la capital polaca. A esta parroquia pertenecía el sacerdote Jerzy Popieluszko, asesinado el pasado año por miembros de los servicios secretos polacos.La manifestación fue disuelta con el empleo de material antidisturbios por la policía, que practicó numerosas detenciones.

Varios participantes en la marcha, en la que fueron coreadas consignas a favor de los sindicatos independientes y por la libertad de los presos políticos, han sido condenados a multas de diversa cuantía. Los dos destacados disidentes, no obstante, han recibido la máxima pena que les podía haber sido impuesta.

Jacek Kuron, de 51 años de edad, uno de los miembros históricos de la oposición al régimen comunista polaco, fue uno de los presos liberados el pasado año por la amnistía. Desde mediados de la década de los sesenta es detenido con frecuencia por la policía. En 1976 fundó el KOR junto a otros intelectuales.

La marcha del Primero de Mayo en Varsovia se convirtió en una de las mayores; celebradas desde la implantación de la ley marcial en 1981, y ante la advertencia de la policía de que cargaría de no disolverse inmediatamente los manifestantes, Kuron y Jaworski negociaron con los mandos de las fuerzas antidisturbios para que no hubiera violencia. Mientras se desarrollaba la manifestación de los seguidores de Solidaridad, el régimen celebraba los actos oficiales con un discurso en el que el máximo dirigente polaco, el primer ministro, Wojciech Jaruzelski, advirtió que no toleraría las actividades antisocialistas de la oposición.