Amancio y la directiva del Madrid desvían la responsabilidad de la crisis hacia varios jugadores

JOSÉ DAMIÁN GONZÁLEZ El relevo de Amancio Amaro por Luis Molowny en el Real Madrid se convirtió ayer, en los vestuarios de la Ciudad Deportiva, en una especie de juicio sobre moral y comportamiento de los jugadores, sin que se analizaran las causas de lo que el presidente del club calificó ya hace dos meses como "crisis sólo deportiva". De Carlos dijo: "No todos hemos sabido estar a la altura de las circunstancias, y yo el primero, y debemos hacer examen de conciencia. Amancio no dirigió ninguna palabra de despedida a la plantilla, y fue criticado posteriormente por los jugadores.

Caras largas, seriedad en las expresiones de casi todos los jugadores y "profunda indignación", a juicio de varios de ellos, implicados y no implicados en el informe extradeportivo de Amancio, por Ia increíble forma de desviar la realidad de una crisis deportiva, generada a lo largo de toda la temporada, sacando a relucir unas actuaciones individuales de carácter privado", configuraron el entorno en el que se produjo el acto oficial de despedida de Amancio y presentación de Luis Molowny.La situación anímica de los profesionales madridistas se ha centrado en las últimas fechas en dos apartados. De un lado, hay quien piensa que "independientemente de que el entrenador esté más o menos acertado en sus cosas, quizá nos ha faltado motivación y garra en algunos casos para sacar al equipo adelante". Otros continuaban sumidos aún en lo que definen como "evidentes desconciertos tácticos, estratégicos, físicos y psicológicos que hemos atravesado durante la temporada, y cuyos resultados ahí están". Y algunos recordaban que, ya hace varios meses, no se culpó a los juerguistas, sino a los estudiosos por "dedicar más tiempo al estudio que a su profesión", según dijo entonces Amancio.

"Que no digo tonterías"

Uli Stielike, por ejemplo, afirmó: "No sé aún si voy a continuar, eso habrá que preguntárselo a quien salga elegido nuevo presidente, pero desde luego para que yo acepte seguir deben cambiar las perspectivas deportivas. Este equipo no puede acabar quinto en la Liga y eliminado a las primeras de cambio en la Copa. En las crisis también influye el mal ambiente extradeportivo, porque si no es el adecuado eso se refleja luego en el campo".

Pineda, uno de los jugadores con que contaba últimamente Amancio, manifestó: "No sé si este era el momento adecuado para el cambio de entrenador, quizá hace unos meses hubo un momento más favorable. La despedida ha sido bastante fría, ¿no?, Amancio no ha dicho nada, yo no he visto su mano por ninguna parte. En cuanto a lo de ese informe privado, que no venga con tonterías. Él debería incluirse en el informe. También ha sido jugador".

Ángel, olvidado durante toda la temporada y repescado al final, abrazado por Amancio por su entrega cuando reapareció en un partido en Málaga, dijo: "Se han deformado unos hechos privados que en ninguna medida son causa de la situación del equipo, muy difícil de analizar. Yo no lo voy a hacer públicamente".

Con anterioridad, Luis de Carlos se había expresado así ante la plantilla: "Debemos hacer examen de conciencia -frase que repitió otras dos veces- y superar la mala situación anímica de esta plantilla. No todos hemos sabido estar a la altura de las circunstancias, y yo el primero. Antes, jóvenes y veteranos se miraban en un solo espejo del Madrid, ahora hay más espejos y unos se miran en unos y otros en otros. Meditad que en este club los éxitos no los piden unos fanáticos, sino una masa social e incluso aficionados de todo el mundo. Hay más de dos que no han sabido aceptar determinadas situaciones con capacidad de sacrificio. No voy a dramatizar ni a señalar a nadie".

Continuó De Carlos: "Debernos pensar sólo en el día 24. Estáis capacitados para superar al Inter, algo trascendental en esta temporada. Que no existan rencores, que se produzca la camaradería. Se han hecho las cosas mal, vamos a perdonar y a ayudar al entrenador, porque si no, de nada valdrá su esfuerzo".