La Prensa y la libertad interior
El problema de la deseable renovación de las ideas a través de la Prensa radica en que los que leen periódicos estimuladores de las libertades formales ya están convencidos previamente de la necesidad de esa propagación, y los que compran periódicos de inclinaciones conservadoras o reaccionarias ya se sabe que tienen predisposición a toda clase de involución. Es, simple y efectivamente, una cuestión de meros estímulos, pero no de adquirir nuevas o diferentes ideologías. Porque el que no lee normalmente un periódico, se puede apostar que no lee nada que valga la pena, y a los efectos que deseo destacar no cuentan los individuos que pueden tener protagonismo en el momento de la verdad política, que es el voto, o en el de apoyar posiciones de fuerza, que es el golpe de Estado.Quiero decir con esto que el periódico, como vehículo de cambios generalizados de opinión, a corto plazo no sirve de mucho. Ayuda y alienta a los partidarios de las libertades públicas a exaltarlas o azuza y alimenta la conciencia de los que son partidarios de su libertad exclusivamente.
Todo esto viene a cuento de que el cardenal primado y arzobispo de Toledo, González Martín, ha dicho, por lo visto, en una conferencia que en extracto recoge Abc, que "la familia está siendo fuertemente atacada por leyes, sistemas de ideas y costumbres..."; también viene a propósito de que sé que esta carta, si es publicada, no la va a leer ni monseñor ni los que le escuchan, a no ser por descuido.
Yo, señor monseñor, aunque con las comprensibles dificultades de supervivencia espiritual y material
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