De la samba al vals
Pasada la 'fiebre brasileña', los equipos italianos de fútbol prefieren los jugadores europeos
La típica exageración latina del país le llama el campeonato más bello del mundo. En él, desde luego, corretean las tres más grandes vedettes del fútbol mundial: el argentino Maradona, el alemán Rummenigge y el francés Platini. Si hace dos años la fiebre brasileña, representada por sus majestades Zico y Falcáo, hacía estragos en Italia como el ritmo de samba y las eternas telenovelas, ahora están de moda los jugadores de escuela noreuropea, como lo demuestra el líder, Verona, con su Briegel (alemán, ex decatleta) y el danés Elkjaer, así como el Inter milanés, con Rummenigge y Brady, que el miércoles se enfrentará al Real Madrid en las semifinales de la Copa de la UEFA.ahora dicen con una pizca de malicia que Falcao está más interesado en cuidar sus negocios en Brasil, olvidando el presente futbolístico de la Roma.
El superprofesionalizado calcio italiano siempre necesitó astros extranjeros para atraer más público a los estadios. En los años treinta llegaron los futbolistas rioplatenses, entonces los mejores, y con oriundos uruguayos -como Andreolo- y argentinos -como Monti- Italia ganó sus dos primeros títulos mundiales. Ahora, en los años ochenta, se ha modificado la tendencia: en el campeonato de Primera División militan 32 jugadores extranjeros, dos en cada equipo.La clasificación habla muy claro: los equipos que pueden contar con una pareja toda europea están en lo alto: Verona (Briegel y Elkjaer), Juventus (Platini y Boniek), Sampdoria (Francis y Souness), Inter (Brady y Rummenigge) y Milán (Hateley y Wilkins). La única excepción es el Torino, que alinea al brasileño Junior y al austriaco Schachner. En cambio, van mal equipos como la Roma (toda brasileña, con Falcao-Cerezo), el Nápoles (los argentinos Maradona y Bertoni), la Fiorentina (Sócrates y Pasarella) y el Udinese (Zico y Edinho).
4.000 millones
El total da una prevalencia -18 contra 14- de jugadores europeos sobre los suramericanos. Los nuevos de esta temporada son 12: nueve de escuela europea y tres de América del Sur. Según un cálculo aproximado, los equipos han gastado una cifra enorme, que suma un equivalente de 4.000 millones de pesetas.
Esta nueva dirección técnica de los entrenadores italianos ha dado esta temporada muy buenos resultados, porque los mejores equipos tienen en sus filas a las vedettes europeas. Platini, premiado el año pasado como el mejor jugador de Europa, es el máximo goleador de la Liga con sus 16 tantos. Gracias a él, la Juventus se propone como uno de los candidatos para la conquista de la Copa europea si supera en semifinales al Burdeos.
El francés de la Juventus ocupa el centro de la atención periodística y pública de Italia. Hasta el presidente, Sandro Pertini, el viejecito afable y dinámico que es un orgullo nacional, pregunta a los periodistas que le entrevistan: "¿Y cómo anda Platini? ¿La Juventus podrá ganar la Copa de Europa?".
Antes de cada partido de la Juventus -el equipo que tiene más seguidores en toda Italia- hay entrevistas a los defensas y al entrenador del equipo rival para saber cómo van a parar al goleador francés o de qué manera formarán la barrera para impedir sus infalibles disparos a balón parado. Junto al francés, en el conjunto de Turín, subvencionado por la FIAT, juega el polaco Boniek, que aunque no esté disputando una gran Liga, en la Copa de Europa demuestra su valor.
Los ingleses Hateley y Wilkins (por los que el Milán pagó un total de 600 millones de pesetas, al Portsmouth y al Manchester United, respectivamente) han dado la marca de calidad al segundo equipo de Milán, que lucha para conquistar un puesto en la próxima Copa de la UEFA. No todo son rosas. Por ejemplo, los suecos Larson y Stromberg, del Atlanta, no han respondido a lo que esperaban los aficionados.
Junto a la exaltación de estos ases europeos se ha verificado el declive de buena parte de las estrellas suramericanas. El rey de Roma, Paulo Roberto Falcao, falta de los campos de juego desde el 16 de diciembre del año pasado por una lesión en los ligamentos de la rodilla. Los que antes lo adoraban
De la samba al vals
Igual marcha su compatriota Zico: su llegada de Italia, en verano de 1983, representó un acontecimiento nacional para los fanáticos tifosi: ahora su suerte se ha volcado. Los buenos partidos de Zico se cuentan con los dedos de una sola mano; en la Prensa aparecen con puntualidad sus quejas por el duro invierno y su deseo de jugar nuevamente en el Flamengo, y, por último, está acusado por el tribunal de haber empleado sus ganancias en el extranjero, imputación que ha comportado el secuestro de su pasaporte.Otro brasileño, el tan alabado doctor Sócrates, está en el centro de la protesta de los aficionados de la Fiorentina, que, con el fichaje del brasileño del Corinthians (530 millones de pesetas), pensaban ser protagonistas en la Liga; cosa que no se ha verificado, como demuestra la tabla, que ve en la parte baja a la ambiciosa Fiorentina. También los aficionados dicen de Sócrates que parece más interesado en participar en debates políticos que en jugar al fútbol.
El mismo Maradona, en el Nápoles, encuentra dificultades para imponer su inmensa clase; pero la cosa no se puede imputar al argentino, sino a la poquedad de sus compañeros. El único representante del fútbol bailado que está disputando un buen campeonato es el brasileño Junior. La estrella del Flamengo, fichado este año por el Torino, está demostrando tener las características de líder. Su equipo marcha en la parte alta de la tabla y no es improbable que el año próximo pueda participar en la Copa de la UEFA.
'Vendetta' madrileña
La UEFA es lo que quita el sueño, a los poderosos una vez que el modesto Verona parece decidido a conquistar el título nacional. El interés de la Liga italiana está dirigido a las copas europeas del presente y del futuro. En estas seis jornadas que faltan para la conclusión la liga se lucha con furor para conquistar una plaza en la Copa de la UEFA 1985-86.
En la contienda están interesados cinco equipos: Juventus, Torino, Sampdoria, Inter y Milán. Pero eso es el futuro. El presente se llama Real Madrid (contrario del Inter en la UEFA) y Burdeos (contrario de la Juventus en la Copa de Europa). O sea un fratricidio entre clubes latinos o los personales fratricidios Stielike-Rummenigge, alemanes y subcampeones del mundo, Platini-Giresse, campeones de Europa. Son formas de ver las eliminatorias del miércoles Inter-Madrid y Juventus-Burdeos. Para estos espectáculos ya no quedan entradas... ni falsas.
Las dos últimas eliminatorias del Inter en Copa de Europa están firmadas por el Real Madrid, y esto significa venganza para los tifosi negroazules. El verano pasado el fichaje del alemán Rummenigge, junto al de Maradona por parte del Nápoles, fue el golpe sensacional del Inter, que, para contrastar la supremacía de la Juventus, necesitaba una estrella de valor mundial. Rummenigge, pese a ser europeo, no ha rendido lo esperado. Como tantos extranjeros, en el calcio ha proporcionado más expectación que juego.
Sólo en la Copa de la UEFA ha destapado su categoría. Los milaneses esperan que contra el Madrid siga la racha.
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