Divergencias sobre 'Liberación'
El pasado 20 de marzo, el diario Liberación, que despertó un gran interés en amplios sectores de la sociedad española, cerró tras cinco meses de presencia en los quioscos. Un grupo de cooperativistas y trabajadores, descontentos con la marcha del periódico, adquirimos poco antes del cierre el compromiso moral de no atacar el hipotético futuro del diario. El propio cierre, así como las versiones abiertamente falsas e interesadas que sobre el mismo ha dado el equipo directivo estos días en diversos medios de comunicación, nos obligan a hacer las siguientes puntualizaciones:1. La versión que sobre el cierre ha dado el equipo directivo -un supuesto boicoteo de los poderes fácticos, y especialmente de la banca- es inexacta y únicamente dirigida ajustificar una gestión desastrosa tanto en lo profesional y laboral como en la propia orientación ideológica del diario.
2. La única explicación posible al cierre es que el producto diario era pésimo desde todos los puntos de vista y nunca respondió a los presupuestos fundacionales del periódico, que tantas personas apoyaron. Esto ocurrió por la cerrazón del equipo directivo, que en ningún momento aceptó las sucesivas llamadas de alanna de la mayor parte de los trabajadores.
Muy escuetamente, se podrían citar en este sentido numerosos hechos: - La dirección, ignorando los propios estatutos de la cooperativa, ha impedido en todo momento la participación colectiva en la marcha diaria del periódico
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en favor de una camarilla de sólo seis o siete personas. - Este grupo ha mantenido siempre un comportamiento autoritario e incluso represivo en determinados momentos, ha negado sistemáticamente la necesaria información sobre el funcionamiento interno y no ha canalizado en absoluto la participación prometida demagógicamente a los miles de bonistas que, con su aliento y aportación económica, propiciaron la puesta en marcha del periódico. - Se ha producido conscientemente un continuo incumplimiento de la legislación laboral, fomentando las discriminaciones salariales e impidiendo el libre acceso de pleno derecho a la cooperativa. En definitiva, es la propia caída en barrena de la difusión -desde 45.000 ejemplares en los primeros momentos a 20.000 escasos en los últimos tiempos- la que demuestra que sólo la incompetencia, y no las fuerzas ocultas ni la banca, ha hundido al periódico Liberación.
3. En lo ideológico, una supuesta línea de izquierdas, marcada por el equipo directivo, ha servido para justificarlo todo: contenidos tendenciosos y faltos de rigor, desorganización interna, falta de pago a colaboradores, despidos bajo la acusación de "asamblea ilegal", etcétera. La realidad es que el proyecto inicial de un periódico de izquierdas, independiente, moderno y progresista, que intentara comunicarse con los elementos transformadores de la sociedad, fue capitalizado por un grupo minoritario y exclusivo en aras de sus propios intereses. Aquello que desde las páginas del periódico se criticaba de la sociedad, se practicaba diariamente sin ningún rubor en el régimen interno del periódico.
4. La agudización de la crisis interna del diario desembocó -a pesar de los repetidos obstáculos puestos por la dirección- en una asamblea celebrada el 10 de marzo pasado, pocos días antes del cierre, que concluyó con la salida de un numeroso grupo de trabajadores (administración, redacción, talleres, etcétera). La versión que sobre este hecho se ha dado en algunos medios de comunicación (que este grupo había propuesto vender el periódico" a un determinado partido político) es completamente falsa. La realidad es que ese grupo de trabajadores advirtió de la gravísima situación económica del diario y propuso una apertura a todos los grupos políticos y sociales de la izquierda del Estado español. Esta solución, que muchos pensaron era la única salvación posible del periódico en esos momentos, se rechazó con el resultado de todos conocido.
5. Por último, queremos decir a todos los que creyeron en el proyecto Liberación que, por encima de las irregularidades señaladas, está el ideal comunicativo que la propia salida del periódico demostró era posible. No fallaron las ideas, fallamos las. personas, también nosotros, que no fuimos suficientemente capaces de defenderlas desde dentro.
Ojalá pronto pueda volver a ser posible, pero esta vez sin mentiras, un medio de comunicación que aglutine a todos los que estamos descontentos con el estado de las cosas.- y 44 firmas más de trabajadores de Liberación.
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