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La crisis amenaza al Partido Verde de la RFA

Las diferencias en el seno del Partido Verde, en la República Federal de Alemania (RFA), se han visto agudizadas tras los resultados electorales del pasado domingo, y suponen una seria amenaza para los ecopacifistas. La prueba decisiva para la capacidad de supervivencia de los verdes serán las elecciones del próximo 12 de mayo para el Parlamento (Landtag) del Estado federado más poblado de la RFA, Renania-Westfalia.

Querellas dentro del grupo parlamentario, acciones poco ortodoxas en el Bundestag (Parlamento federal) o actos como arrojar sangre al uniforme de un alto oficial norteamericano, calumnias y campañas de la Prensa derechista de la RFA, e incluso fallos de organización, como olvidarse fechas electorales, no frenaron a los verdes en los dos últimos años.Los enfrentamientos entre los fundis (fundamentalistas, partidarios de una oposición fundamental y no participación en el poder) y los realos (realistas, defensores de la colaboración con la oposición socialdemócrata), cada vez más constantes, han minado la imagen del partido.

La tendencia ascendente de los verdes quedó cortada el pasado domingo en las elecciones del Estado federado de Sarre. Un candidato socialdemócrata con una imagen ecopacifista, el alcalde de Saarbrücken, Oskar Lafontaine, de 41 años, devolvió a los verdes a las catacumbas del 2,5%, fuera del Parlamento.

En Berlín Oeste la lista alternativa casi llegó al 11%, pero este resultado es pobre, porque se esperaba llegar a un 14%. El viento empieza a soplar en contra de los verdes de la RFA, y la elección de Renania-Westfalia tiene ya el carácter de prueba definitiva para los ecopacifistas.

'Realos' y 'fundis'

La crisis de los verdes es en realidad la continuación de la polémica abierta dentro del partido entre realos y fundis, planteada en el congreso de Hamburgo el pasado mes de diciembre.Además los verdes cumplirán, a final de mes, el imperativo de las bases de llevar a cabo la rotación de los diputados del Bundestag, que en la mitad de la legislatura tendrán que dejar sus puestos a sus suplentes, poco avezados en la lucha parlamentaria.

El resultado de la operación es dudoso. El partido va a emprender el sacrificio sistemático de sus diputados, personalidades políticas que en los últimos dos años alcanzaron altas cotas de popularidad, que en el sistema político de la RFA es absolutamente necesaria a la hora de cosechar votos. La polémica entre fundis y realos está latente y continuamente dispuesta a estallar. Así se apreció en las interpretaciones de los resultados electorales del domingo. La portavoz verde Jutta Ditfurht, de los fundis, aseguró ante las cámaras de televisión que el fracaso de los verdes se debía a los intentos de aproximarse a los socialdemócratas (SPD) y borrar las diferencias en los planteamientos entre los dos partidos.

Los realos llegan exactamente a las conclusiones contrarias, y aseguran que los verdes perdieron en el Sarre por no haberse decidido a decir que sí a la oferta de Lafontaine de formar una coalición de Gobierno.

Puesto que el triunfo del candidato del SPD se debió a sus posiciones ecopacifistas, el fracaso de Sarre y la negativa de los fundamentalistas verdes puede llevar a muchos electores al voto útil de la izquierda y volver al redil de la socialdemocracia, de la que proceden muchos votantes de los ecopacifistas.

Opción juvenil

La socialdemocracia puede volver a convertirse en una opción atractiva para los jóvenes. Muchos electores no quieren condenarse al placer solitario de votar por un partido que asegura que no está dispuesto a intervenir en el poder. La importancia de los votos tácticos en la RFA se ve en los éxitos de los liberales (FPD), que sobreviven por pura mecánica electoral, mientras que los verdes corren el riesgo de desaparecer, enzarzados en su profunda polémica interna.

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