La derecha gana, Le Pen se consolida y la izquierda se recupera en la primera vuelta de las cantonales francesas

La primera vuelta de las elecciones cantonales, celebrada ayer en la mitad de Francia, va a permitir cantar victoria a todo el mundo: a la mayoría en el Gobierno (Partido Socialista y radicales de izquierda) porque, aunque sólo ha obtenido el 26,6% (resultado provisional), ha mejorado sus resultados de las elecciones europeas; a los comunistas, porque evitan seguir hundiéndose; a la derecha, porque realmente ha ganado, con más del 50% de los votos, y al ultraderechista Frente Nacional de Jean Marie Le Pen, porque ha demostrado que no es algo transitorio, sino un partido implantado en todo el país.

En total estaban convocados a las urnas 18 millones de franceses, es decir, la mitad del cuerpo electoral. La tasa de abstención ha sido del 32,4%, algo menos que en las celebradas en 1982, año en el que el índice de participación fue el más bajo desde la 11 Guerra Mundial. Las elecciones de ayer, pese a tener teóricamente un interés local, estaban fuertemente politizadas, hasta el extremo de que se las consideraba como un sondeo gigante cara a las legislativas del año próximo.El resultado obtenido por el Partido Socialista (PS) y el Movimiento de Radicales de izquierda (MRG), que tienen la mayoría en el Parlamento y gobiernan conjuntamente, es malo porque demuestra que representan a poco más de un cuarto del electorado, pero no es el desastre anunciado por la derecha. Algunos analistas dicen que es un simple escalofrío, pero no el gran ataque de fiebre. "No es una victoria, pero es una prueba d resistencia, porque hemos mejora do de forma bastante neta los resultados que obtuvimos en las elecciones europeas", explicaba un portavoz del TIS.

En efecto, los socialistas y el MRG han recuperado casi seis puntos, del 20,8% al 26,6%.

En cualquier caso, no será su ficiente para mantenerse en el poder en las legislativas de 1986 "Hemos parado el declive y tenemos un año por delante para re hacernos", afirmaba esperanzado Bernard Lelanoe, dirigente socialista, para quien lo importante es que la derecha clásica, la Asamblea Para la República (RPR) y la Unión para la Democracia Francesa (UDF) tampoco reúnen, por sí solas, la mayoría absoluta,

Los partidos de Jacques Chirac y de Valéry Giscard D'Estaing, que presentaron candidatos únicos en buena parte de los cantones, han logrado un 35% (en la primera vuelta), pero hay que tener en cuenta que en unas elecciones locales intervienen factores que no estarán presentes en unos comicios nacionales.

Personalidades independientes de derecha y pequeñas agrupaciones del mismo tinte político han obtenido alrededor de un 16% adicional, lo que sumado al porcentaje de los clásicos supone más de un 50% de los votos, es decir la mayoría absoluta, y ello sin contar con la ayuda de la extrema derecha.

"Los resultados de hoy son el preaviso de despido para los socialistas", exclamó satisfecho un portavoz del RPR. El secretario general del partido, Jacques Toubon, añadió por su parte: "Nosotros representamos a la mitad de los franceses, mientras que los socialistas no tienen a su lado ni a un cuarto. El escrutinio ha sido muy positivo para nosotros".

Los buenos resultados de la derecha ayudarán a que sus tres líderes, Giscard, Chirac y Raymond Barre, se esfuercen en llegar a acuerdo antes de la próxima convocatoria a las urnas.

Los socialistas, que tanto se han esforzado por restar influencia al Partido Comunista Francés, se encuentran ahora con que la caída del PCF les resta también posibilidades de mantenerse en el poder. El partido de Georges Marchais ha logrado un .12,2% de los votos, lo que mejora su resultado en las europeas, que fue sólo de un 11%, el más bajo en toda su historia. Sin embargo, Marchais no puede cantar victoria porque todos los expertos señalan que los comunistas obtienen siempre dos puntos más en las cantonales que en las legislativas.

Marchais decidió anoche que, en la segunda vuelta, que se celebrará el próximo domingo, día 17, su partido apoyará a los socialistas en los cantones en los que éstos han quedado por delante de los comunistas.

La primera vuelta de las cantonales ha demostrado también que el Frente Nacional (FN), partido de extrema derecha y xenófobo, que dirige Jean Marie Le Pen, tiene una real implantación en el país. El FN ha logrado un 8,3% de los votos, lo que es un resultado bueno, aunque sea inferior al 11% de las elecciones para el Parlamento europeo. Le Pen partía en esta ocasión de varios inconvenientes: el Frente Nacional no tenía ni un consejero general, es decir, sus candidatos eran nuevos en el ruedo electoral, y además no se presentaba en todos los cantones.

El líder de la extrema derecha puede tener razón cuando proclama que la derecha clásica no puede ya ignorarle cara a las legislativas. "Lo pueden interpretar como quieran: la verdad es que hoy hemos obtenido una gran victoria", afirmó Jean Marie le Pen pocos minutos de conocerse los resultados.