De las alianzas militares se puede salir y entrar
En España no solamente se lee poco, sino que se lee mal, señala el autor de este trabajo al tratar el tema de las posibles salidas de los Estados tanto de la OTAN como del Pacto de Varsovia. De hecho, se puede salir de la OTAN, según su propio tratado fundacional, desde 1969, y desde 1985 se puede hacer lo mismo del Pacto de Varsovia. Sin embargo, ha, habido a lo largo de estos lustros varias entradas en la OTAN y ninguna salida, así como que nadie nuevo ha entrado a formar parte del Pacto de Varsovia, que sí ha sufrido una salida, la de Albania.
Las estadísticas confirman que los españoles leen poco, y, en mi opinión, ello contribuye en no poca medida a los tradicionales 20 años de retraso que aún mantiene nuestra sociedad en algunos aspectos, por constituir un pesado fardo mental para la incorporación al proceso de modernización y de incremento tecnológico que los países más civilizados han emprendido en la actual década de los años ochenta.Pero además de leer poco, algunos lectores parecería que no interpretan correctamente los textos, como tal vez le ocurre a Ramón Serra Sala, que envió una carta al director de EL PAIS, publicada el 13 de enero de 1985, titulada De la OTAN no se sale cuando se quiere, en la que escribe: "En el Tratado de la Organización del Atlántico Norte figura un artículo que dice que los miembros de dicha alianza militar atlántica podrán dejar de pertenecer a la misma al cabo de 20 años de su adhesión y avisando con un año de antelación".
El texto del Tratado del Atlántico Norte (Washington, 4 de abril de 1949) señala en el artículo 13 los plazos de vigencia del tratado para que las partes puedan poner fin al mismo, e indica textualmente: "Pasados 20 años de vigencia del tratado, cualquier parte, en lo que a ella concierne, puede poner fin al tratado un año después de haber anunciado su denuncia al Gobierno de EE UU, el cual informará a los Gobiernos de las otras partes del depósito de cada instrumento de denuncia". Vemos, pues, que de la OTAN se puede salir, aunque no lo haya hecho ningún miembro, ya que en 1969 se cumplieron los 20 años de vigencia, que son los que cuentan, y no los del ingreso de cada país.
Y se puede entrar, según señala el artículo 10, y así se incorporaron a los 12 fundadores Grecia y, Turquía en 1951, la República Federal de Alemania en 1953, España en 1982, y se habla de que puede hacerlo Irlanda. Como en el prólogo del tratado se indica que los miembros están "determinados a salvaguardar la libertad de sus pueblos, su herencia común y su civilización, basados en los principios de democracia, libertades individuales e imperio del derecho", existe como limitación para ser admitido el tener un régimen político concorde con estos postulados.
Si comparamos la OTAN con la otra alianza militar encontramos diferencias apreciables. El Pacto de Varsovia (14 de mayo de 1955) es muy amplio en su invitación para entrar, y el artículo 9 indica que "el presente pacto está abierto al acceso a otros Estados, cualquiera que sean sus sistemas de Estado y social", lo que parecería que tal vez se invita a países democráticos parlamentarios. Pero quizá porque las palabras democracia, libertad y derechos humanos no son citados en el texto, ningún otro país se unió a los siete fundadores después de 1955, ni siquiera Yugoslavia, que tiene un Gobierno afín.
Respecto a la salida del Pacto de Varsovia, el artículo 11 dice: "El actual pacto permanecerá en vigor durante 20 años. Para las partes contratantes que no hayan presentado al Gobierno de la República Popular Polaca una declaración denunciando el pacto un año antes de su expiración seguirá en vigor los 10 siguientes años".
La realidad política nos muestra hechos históricos relacionados con las salidas que indican que no es fácil abandonar el Pacto de Varsovia En Polonia, en 1956, obreros y estudiantes de Poznan se lanzan a una demostración masiva contra el régimen comunista y el control soviético existente sobre el país que es aplastada por los carros soviéticos en ayuda del partido comunista polaco. El n Hungría también se produ ce una verdadera insurrección contra el régimen de corte estalinista imperante. El primer ministro, el comunista Iinre Naggi, adoptó un rumbo desviacionista, y el 1 de noviembre de 1956 anunció la retirada de su país del Pacto de Varsovia y la adopción de la neutralidad. Las tropas soviéticas derribaron su Gobierno y él fue fusilado en 1958.
En 1968, tropas de cinco países del Pacto de Varsovia penetran en Checoslovaquia para impedir el proceso interno del país, que evolucionaba hacia ideas democráticas. Los dirigentes comunistas checos fueron advertidos de su error por la denominada Carta de Varsovia el 15 de julio de 1968, que iba firmada por los principales representantes de partidos y Gobiernos de los países del Pacto. Pero no atendieron los consejos y tuvieron que ser invadidos.
La ocupación checoslovaca fue justificada por S. Kovaliov en el diario Pravda, el 26 de septiembre de 1968, en un largo artículo titulado 'La soberanía y las obligaciones internacionales de los países socialistas'. Había nacido la teoría de la soberanía limitada, formulada por Breznev, que tiene plena vigencia y es una clara advertencia. Uno de sus párrafos explicativos es el siguiente: "Es necesario subrayar que incluso cuando un país socialista pretende ocupar una posición fuera de bloques, en realidad conserva su independencia nacional gracias al poderío de la comunidad socialista y, ante todo, de su fuerza principal, la Unión Soviética, incluyendo el poderío de sus fuerzas armadas. La debilitación de cualquier eslabón del sistema mundial socialista se refleja de un modo directo en todos los países socialistas, que no pueden permanecer indiferentes ante el hecho. Tras las frases sobre el derecho de los países a, la autodeterminación, lo que en realidad ocultaban las fuerzas antisocialistas de Checoslovaquia era su exigencia de la denominada neutralidad, es decir, la salida de la República Socialista de Checoslovaquia de la comunidad socialista. Cumpliendo su deber internacional ante los pueblos hermanos de Checoslovaquia y defendiendo sus propias conquistas socialistas, la Unión Soviética y otros Estados socialistas estaban obligados a actuar valientemente así, y lo han hecho, contra las fuerzas antisocialistas en Checoslovaquia".
Pero un socio, Albania -bajo la protección de China, convertida ya en rival de la URSS-, condenó la invasión de Checoslovaquia y abandonó el Pacto de Varsovia. Ha sido el único.
es rector de la Sociedad de Estudios Internacionales y autor del libro ¿Nos interesa la OTAN?
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