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MODA

La bisutería también quiere exportar

Menorca elabora las dos terceras partes de la producción nacional, que factura 8.500 millones de pesetas anuales

Unos 127 expositores procedentes de España, Francia, Japón, Canadá y Holanda, han presentado sus colecciones de primavera-verano 1985 en la 18ª edición de Sebime, la feria nacional de Bisutería de Fantasía de Mahón. La muestra va destinada a los mayoristas quienes actúan como intermediarios entre el fabricante y el detallista. Curiosamente, los salones de bisutería se celebran en fechas más tardías que los de moda, y la opinión general de muchos fabricantes es que habría que adelantar su calendario en dos meses por lo menos.El sector de bisutería agrupa a 195 empresas (generalmente pequeñas), que representan 2.500 puestos de trabajo oficiales; en 1984, alcanzó un volumen de ventas de 8.500 millones de pesetas y se estima que ha exportado en el mismo año alrededor de 1.100 millones de pesetas, o sea un 71 % más que el año anterior, seguramente debido a sus salidas a ferias internacionales como el Chibi Due de Milán y la Feria de Moda española en Tokio.

La bisutería menorquina representa el 70% de estas cifras, lo que la sitúa como uno de los pilares de la industria de la isla, después del calzado y el queso. Sus comienzos datan de 1840 con la fabricación artesanal de monederos y bolsos de malla plateada. En 1920, amplió sus actividades como industria auxiliar para la producción de complementos de zapatos, otra industria floreciente en la isla. A partir de esta dedicación ornamental la bisutería menorquina evolucionó paulatinamente, hasta optar por la fantasía que incluye desde la fabricación de fornituras en metal y plástico, pasando por los componentes para elaborar piezas, hasta los productos de bisutería que hoy conocemos, como collares, pulseras, pendientes, etcétera.

Dejar de copiar lo ajeno

Este tipo de industria recibe ayudas de varios organismos gubernamentales: del IMPI (Instituto de la Mediana y Pequeña Empresa), ministerio de Industria, INFE, la comunidad autónoma de Baleares y el ministerio de Comercio y Economía. Este interés se demostró en la inauguración de la feria, a la que asistió el hasta hace poco subsecretario de industria, Oscar Fanjul (quien acaba de ser nombrado director de INH), que confirmó su apoyo a los proyectos de innovación tecnológica del sector, renovación que incluye la incorporación en el ITEB (Instituto Tecnológico de Bisutería, que ofrece cursos de formación profesional) de un sistema de ordenador CADCAM que se utilizará para el diseño de piezas, modelos y placas de micro-robótica, y que estará a disposición de los fabricantes.

Este sector, en plena expansión tecnológica, interesa a la Administración, sobre todo, por su capacidad de crear puestos de trabajo en un futuro y sus posiblidades para la exportación.

La bisutería también quiere exportar

Los ojos están puestos en abrir mercados en el exterior, como lo recalcó en su discurso el presidente de SEBIME, Manuel Hernández Moysi, al decir que "la preocupación fundamental es incrementar el contacto con el exterior, acudiendo a los mercados internacionales sin complejo y desarrollar una intensa labor de mentalización y ayuda a los fabricantes para la innovación tecnológica y creativa porque competir hoy día es un objetivo fundamental".De ahí el gran interés en crear una escuela de diseño que parece será una realidad en el próximo mes de septiembre. La futura escuela de diseño contará con la experiencia de un joven mallorquín llamado Calatayud, quien regresará después de haber realizado tres años de estudios en una escuela de diseño de París, becado por la comunidad autónoma y que promete ser la gran esperanza de la bisutería menorquina.

Porque, si existe una capacidad de producción y fuerte desarrollo a nivel tecnológico dentro de este sector, el punto flaco reside en la falta de investigación a nivel de diseño, tanto en creación de materiales como en formas, limitándose generalmente a seguir las tendencias marcadas por los franceses y los italianos. En cuanto a materiales para componentes, los alemanes y austríacos siguen siendo los más innovadores y aunque los españoles han realizado imitaciones muy aproximadas se puede comprobar la diferencia de calidades, sobre todo, en las novedades de plásticos nacarados, los metacrilatos, que consiguen formas insólitas como cubos de hielos, el cristal de roca, además del strass de muchos colorines de la firma Swarovski.

La industria de la isla

En la agenda de prioridades de Sebime está la celebración en septiembre del primer congreso mundial de fabricantes de bisutería, gracias al esfuerzo de Rafael Timoner, presidente de la Unión Europea de Fabricantes de Bisutería y el hombre clave en el desarrollo de la industria en la isla. A este certamen acudirán representantes de toda Europa, EE UU, Japón y Canadá, para tratar temas como la competencia internacional, la creación y sus copias y las restricciones de aduanas Para junio de 1986 se prevé la primera feria internacional de Sebime, con la presencia de expositores de todo el mundo.

UNA EXPLOSIÓN DE COLORES

En cuanto a las novedades que pudieron apreciarse en este último salón de Menorca, son pocas, salvo la explosión de colores pastel, como celestes, rosa bebé, amarillo; collares de cuentas de perlas gordas y pulseras de plástico enormes; pendientes tipo criollas o aros alargados que para el verano serán de tonos muy vivos, como rojo fusia, turquesa y blanco. Hay que destacar los diseños en metal de David Grau, los collares de cristal de roca austríaca formando pequeñas margaritas, los pendientes en forma de estrellas y collares asimétricos en cristal soplado o metalcrilado, de colorines, y los grandes pasadores para el pelo en madera, en forma de lazos y los collares asimétricos de Plastimoda, Catisa y Duregom.

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