Aplicar un 33% de IVA a los televisores en color puede suponer la desaparición de esta industria

La industria española de electrónica de consumo (televisores en color, vídeos y alta fidelidad), que ocupa en la actualidad a unos 12.000 trabajadores y alcanza unos 75.000 millones de pesetas en producción anual, puede hundirse con la entrada de nuestro país en la CEE si definitivamente se aplica a este sector, coincidiendo con el desarme arancelario, un 33% de impuesto sobre el valor añadido (IVA) según un estudio realizado por la Aniel (la patronal del sector). Este gravamen del 33%, que figura en el proyecto de ley del IVA remitido por el Gobierno a las Cortes, "es el más alto de Europa", según los empresarios.

El gravamen del 33% es el más elevado de Europa, según Aniel, "porque aunque los franceses soportan el 33,33% y los irlandeses el 35%, hay que tener en cuenta que el IVA standard o normal en aquellos países es el 18,6% y el 35%, respectivamente. Mientras que en España el tipo normal será del 11 %. Es decir, en Irlanda los televisores en color están gravados como el resto de los productos, en Francia soportan algo menos del doble (1,6, exactamente) de la fiscalidad general, y en España van a ser castigados con el triple de impuestos que el común de los productos". Pero es que además, según Aniel, el IVA aplicado al televisor en color en la RFA es el 14%; en el Reino Unido, el l5%; en Holanda, el 19%.; en Luxemburgo, el 12%; y en Italia, el 18% (a partir del 1 de enero de 1985). "Gravámenes que coinciden con las tarifas del IVA normal o standard".

Discriminación

Las razones del Gobierno para esta discriminación hacia los fabricantes de televisores en color, según Aniel, debe responder a la necesidad financiera de cubrir el déficit presupuestario, por un lado, y a la traslación automática a la escala mayor del IVA de todos los productos sometidos hasta ahora al Impuesto de Lujo.

Esta última razón, a juicio de los empresarios, "perpetua el anacronismo" de considerar el televisor en color, que es el electrodoméstico de consumo más difundido, como un producto de lujo. "Hoy día nadie considera como un lujo suntuario, a excepción de la Administración española, la adquisición de un receptor portátil de radio o de un televisor en color". Según Aniel, cuando hay en España un parque de más de siete millones de aparatos de televisión (lo que significa que dos de cada tres hogares españoles cuenta con este electrodoméstico) y la demanda actual de estos productos se sitúa en las capas sociales de renta media baja, "no es razonable el castigar su consumo con un impuesto indirecto incrementado". Máxime cuando la televisión está considerada en la mayoría de los países como un bien social y como un auténtico vehículo de difusión cultural y de bienestar.

Por otro lado, agregan los empresarios, las tarifas actuales del Impuesto de Lujo no son iguales. Hay artículos, tales como la peletería, los vestidos de alta costura, Vas joyas, las bebidas alcohólicas de alta graduación, etcétera, que están gravados por impuesto de lujo mucho más que los televisores en color. La introducción del IVA, tal y como figura en el proyecto de ley, significa aplicar a todos estos productos el 33%; cuando los televisores en color pagaban un 20% en 1984 y un 22% en 1985.

Caída de precios

Y ello, añade Aniel, cuando la mayor parte de los productos citados han experimentado fuertes subidas en sus precios reales, mientras que los televisores en color han sufrido un fuerte caída en los mismos (un aparato de 26 pulgadas cuesta hoy, a precios costantes, un 38% menos que en 1980).

Para Aniel, "la próxima integración en la CEE no va a aportar ventajas adicionales a los fabricantes de televisión en color instalados en España, porque aunque se eliminen los aranceles la rebaja es mínima (hoy en día los televisores que se están exportando a Europa sólo pagan el 8% de arancel). Sin embargo, sí se espera un aumento de la competencia en nuestro país, no sólo de televisores provenientes de la CEE, sino de otros venidos de fuera que con la Tarifa Exterior Común van a resultar muy competitivos".

El régimen transitorio de contingenciación es muy corto (tres años para los televisores de más de 42 centímetros y cuatro para los que superen esa dimensión), según los empresarios, y no va a resolver estos problemas.

La industria española de electrónica de consumo soporta un sobredimensionamiento de plantillas, debido a aumentos de productividad y a una fuerte simplificación en los componentes de los televisores en color, al tiempo que se produce una sustancial caída en el mercado nacional (10% en televisores y 20%. en vídeos en 1984). En España, según Aniel, el mercado de televisores en color está más saturado que en Italia.